El casco antiguo volvió a impregnarse ayer de la esencia medieval que ha caracterizado a Peñíscola durante dos fines de semana con el desfile papal de cierre. El recorrido conmemorativo de la estancia del Papa Benedicto XIII fue de la Plaza de Armas a la plaza Felipe V. Así se puso fin a la edición más multitudinaria de «Peñíscola, Ciudad Papal», con más de 80.000 personas. Alba Boix