Benicàssim dio ayer por la tarde el último adiós a L. P., el hombre que fue degollado el pasado sábado en la terraza del bar «La Alegría», de la calle Estatut de la localidad. Familiares, compañeros de trabajo y amigos acudieron a la parroquia Santo Tomás para despedir a este hombre de 60 años que fue asesinado el pasado fin de semana mientras tomaba café y leía el periódico.

Decenas de personas acompañaron a su mujer, hijo y resto de la familia en una ceremonia en la que el párroco de Benicàssim, Luis Oliver, aseguró que «desde el sábado tenemos el corazón roto».

L. P. ejercía profesionalmente como corresponsable de una empresa de sistemas e instalaciones eléctricas con sede en Requena, en València.

El juzgado de Instrucción número 1 de Castelló ordenó este lunes prisión provisional, comunicada, sin fianza al presunto homicida y dueño del bar donde ocurrieron los hechos, y durante su internamiento en un centro penitenciario será sometido a tratamiento psiquiátrico.