La edición número 23 del Festival Internacional de Benicàssim (FIB) será la más segura de la historia, ya que se ha establecido un dispositivo especial que incrementa en un 30 % la presencia policial para garantizar la integridad de los 50.000 seguidores diarios que se estima tendrá este año el certamen.

Así lo ha explicado hoy el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, quien ha recordado que desde el 26 de junio de 2015 "estamos con nivel 4 de riesgo alto de actividad terrorista yihadista".

Moragues ha indicado que en eventos de gran concentración de personas es necesario reforzar la seguridad, por lo que se ha incrementado un 30 % la seguridad en el Festival Internacional de Benicàssim que se celebra del 13 al 17 de julio.

El delegado ha querido transmitir un doble mensaje, "de normalidad y tranquilidad" porque se trabaja de forma coordinada, y ha pedido a los asistentes que "sean conscientes de que habrá mucha presencia policial, no para generar alarma social, sino para crear un ambiente seguro".

Durante el festival, ha indicado, se tendrá especial cuidado en los accesos y puertas de entrada, con controles exhaustivos y comprobaciones de mochilas y bolsos, por lo que ha pedido "paciencia" si estas actuaciones generan colas.

A un día del inicio del festival, desde la organización han explicado que los asistentes continúan llegando a Benicàssim e intercambiando sus entradas por las pulseras que les dan acceso a las zonas de acampada y los conciertos. El montaje del escenario está prácticamente finalizado y estará listo para cuando mañana se abran las puertas del recinto a las 18.00 horas.

De forma paralela, esta noche arranca en la playa Torre San Vicente de Benicàssim los actos de "Cita con la Danza", que cuenta con el apoyo de la Diputación de Castelló, la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Benicassim, la Generalitat valenciana (a través de CulturArts) y el Festival Internacional de Benicassim.

Cita con la danza tiene vocación de mantenerse como una plataforma en la que jóvenes bailarines y coreógrafos puedan aportar lo mejor de su producción para hacer que la danza clásica, contemporánea, española, de fusión y flamenco vuelvan a encontrarse con un público "numeroso y entusiasta", como el del FIB.