El sector del ladrillo en Castelló empieza a ver la luz al final del túnel. Tras una década de profunda y severa depresión económica, que dejó sin empleo a miles de profesionales, 2017 tiene visos de marcar un punto de inflexión. La tendencia negativa iniciada en 2007, con una caída sin precedentes en la ejecución de viviendas nuevas, puede formar parte de un cruel pasado si se confirman las previsiones de la Asociación de Empresarios de la Construcción (Apecc).
No se trata de lanzar las campanas al vuelo, pero sí de trasladar un mensaje de moderado optimismo. La reactivación del sector es una realidad. Como explica el vicepresidente de Apecc, Ramón Arenós, «por primera vez en muchos años tenemos una promoción de 44 pisos en marcha (en concreto, en la avenida Virgen del Lidón) y están encima de la mesa otras cinco o seis promociones más para los próximos meses». Una de ellas corresponde al edificio de 36 viviendas de VPO que Construcciones Alcacer SL levantará en la calle Río Nervión (Sensal), cuya licencia urbanística aprobó el Ayuntamiento de Castelló precisamente el pasado viernes. Otra urbanización programada se localiza en el distrito marítimo. Incluso, en breve se autorizará la ejecución de unifamiliares de lujo entre los términos de Castelló y Benicàssim.
Aunque las cifras no resultan impactantes, sí que son muy significativas para un sector totalmente estancado desde el comienzo de la recesión. Además, precisamente como consecuencia de ésta, los requisitos que se exigen ahora para impulsar un proyecto inmobiliario son tan rígidos que el anuncio de una nueva promoción supone una garantía de ejecución y viabilidad, al estar comprometidos y vendidos un elevado porcentaje de los pisos.
Requisitos
«Las cosas han cambiado mucho. Antes solo dependía del promotor los plazos de arranque, pero actualmente la opción de sacar una promoción no solo la marca el promotor, sino también el banco y el ritmo de venta de las viviendas. A partir de un 60% de los pisos reservados, desembolsando cada comprador la fianza correspondiente, podemos decir que el proyecto sale adelante», precisa Arenós.
Según las estimaciones de Apecc, la construcción en Castelló puede acelerar un poco más a finales de año. Más allá de los proyectos que tímidamente asoman la cabeza, algunas empresas constructoras están empezando a valorar la posibilidad de recuperar antiguas promociones, que nunca fructificaron por el declive financiero, pero que inesperadamente afloran a raíz del repentino interés de particulares. Las llamadas preguntando por nuevas edificaciones son cada vez más frecuentes.
No obstante, la revitalización inmobiliaria está lejos de coger el impulso experimentado desde finales de 2016 en las otras dos capitales de la Comunitat.
Tanto Valencia como Alicante sufren una aceleración por la irrupción del inversor extranjero. En el primer caso se trata de turistas que desean una segunda residencia para disfrutar de la ciudad y las fallas. En el segundo, los extranjeros buscan un apartamento junto al mar.
