El CD Castellón es inmortal. Ha estado a punto de desaparecer, pero sigue dando guerra. Con la bandera albinegra bien izada y peleando contra carros y carretas ha ido escribiendo páginas de muy distinto contenido en su historia y hoy este glorioso equipo de la capital de la Plana cumple 95 años. Nada ni nadie podrán con él, por eso el Pam Pam Orellut sigue retumbando con más fuerza si cabe. Atrás queda aquel 20 de julio de 1922 cuando la asamblea extraordinaria de la SD Cervantes autorizó el cambio de denominación del club a Castellón Club de Fútbol y, poquísimo después, a Club Deportivo Castellón. El actual equipo que sigue compitiendo, aunque sea por séptima temporada consecutiva, en la cuarta división del fútbol español.

Mil y un recuerdos en estos 95 años de vida. Murió, pero resucitó como Jesús. Fue en 1933. El Castellón fue sancionado con tres meses sin poder jugar en su campo y entonces fue exiliado a Mestalla. El club se negó y la Federación lo excluyó de la competición. No volvió a hacerlo hasta después de la Guerra Civil, en concreto, reapareció el 1 de octubre de 1939.

Cuatro ascensos a Primera

Nadie podrá borrar de los anales esas fechas históricas que significaron los ascensos a Primera División celebrados con entusiasmo y fervor por toda la provincia de Castelló. El primero el 2 de mayo de 1941 en el estadio Chamartín de Madrid tras ganar al Zaragoza (3-2); el segundo el 1 de junio de 1972 tras derrotar 2-0 al Real Mallorca; el tercero el 17 de mayo de 1981 tras superar 2-0 al Rayo Vallecano y el cuarto y último el 17 de junio de 1989 tras empatar 0-0 contra el Burgos en El Plantío.

Fueron dos años seguidos en Primera División, pero el 29 de agosto de 1991 el club se transformó, por obligación, en Sociedad Anónima Deportiva y a partir de entonces llegaron todos, o casi todos, sus males. En primavera de 1991, finalizada la campaña 1990-91, el Castellón bajó a Segunda División y en verano de 1994 a Segunda División B. Empezaron entonces once infumables campañas en la división de bronce, con muchos sinsabores, hasta que se ascendió a Segunda el año que menos lo esperaba la afición.

No fue en la temporada del récord de jornadas sin perder que protagonizó el equipo de la mano de José Luis Oltra sino en la 2004-05 tras superar al Zamora (1-0) en la última jornada del play-off de ascenso, valiendo el golazo de Manu Busto que la afición nunca olvidará y que tanto se recuerda.

La llegada de Castellnou 2005

Ese fue el último ascenso celebrado por la afición del Castellón hasta la fecha. Hace poco más de doce años llegó el cambio de Antonio Bonet a Castellnou 2005 SL y, tras unos años de bonanza, los boquetes de la nave la llevaron a la deriva con el descenso administrativo a Tercera División por impagos a los futbolistas de unos 180.000 euros. La huella que dejaron José Manuel García Osuna y Antonio Blasco se dirime ahora en los juzgados. Acusados, junto al fallecido José Laparra, de presunta gestión desleal, desapareciendo cerca de siete millones de euros de las arcas del club. La justicia dictará sentencia algún día y entonces la afición espera que paguen los que llevaron al Castellón a esta situación.

A pesar de los pesares y navegando contra corriente, el albinegrismo sigue vivo y latente. Esta, la 2017-18, será la séptima campaña consecutiva en Tercera y da la sensación de que será la última. No porque se espere que el club desaparezca sino porque algo ha cambiado y parece que para bien. De momento, la llegada de Pablo Hernández y Ángel Dealbert a la gestión ha propiciado que haya miles y miles de centuriones que van a defender la nave contra viento y marea.

El Castellón cumple 95 años y tiene cuerda para rato. El centenario, a la vuelta de la esquina.