Una locura. La fiebre albinegra no para. El CD Castellón, pese a estar estancado en Tercera División, donce cumplirá su séptima temporada consecutiva, cuenta ya con 6.545 abonados o centuriones, por aquello de dar nombre a la campaña de abonos que se presentó hace veintitrés días. Cifra récord del conjunto de la capital de la Plana en esta cuarta división del fútbol español y que supera no solo a equipos de Segunda B sino también de Segunda División. Pocos clubes de la división de plata superan al conjunto albinegro, que con la salida por la puerta de atrás del anterior presidente (David Cruz) y la llegada del nuevo grupo gestor liderado por Ángel Dealbert y Pablo Hernández, han logrado reavivar a la desencantada afición de Castelló.

Los cerca de 6.500 abonados albinegros estarían igualados a los del Córdoba y por detrás de Osasuna (9.774), del Cádiz (10.000) o del Real Zaragoza (16.000). Y por encima del descendido Granada (6.000) e incluso de otro histórico encallado en la Segunda División como es el Real Valladolid (4.201). El Castellón estaría entre los que más abonados acumularía de militar en el segundo escalafón del fútbol español. Esos 6.500 socios los ha conseguido en veintitrés días y el objetivo del club sería alcanzar los 7.000, cifra que no sería muy descabellado que alcance o incluso supere.

El Castellón afronta su séptima temporada en el grupo VI de Tercera División, categoría a la que fue descendido administrativamente porque sus gestores (entonces José Manuel García Osuna y Antonio Blasco) se negaron a pagar una deuda con AFE de 180.000 euros, para así pasarle factura a toda una afición que tenían en su contra. Su presunta «gestión desleal» se dirime ahora en los juzgados y es muy posible que paguen justos por pecadores ya que hubo un desfalco de cerca de siete millones de euros.

A trancas y barrancas, con Hacienda (se le debe 1,2 millones) y Seguridad Social pisándole los talones, el Castellón subsiste en Tercera División gracias, especialmente, a los aficionados que sacan sus abonos. En esta categoría los patrocinadores escasean, no hay ingresos por quinielas y sí una pequeña aportación (unos 30.000 euros) de los derechos televisivos que reparte la RFEF.

Fiebre albinegra

La fiebre albinegra, la locura que se está viviendo a día de hoy en Castelló y su provincia es tal que de los 2.000 abonados de la temporada 2016-17 se ha pasado a los más de 6.500 que ha conseguido en menos de un mes con la campaña en marcha. En el club castellonense una cantidad de afiliados tan grande no se recuerda desde la campaña 2009-10 que fue la última en el fútbol profesional. Tras un desastroso año deportivo, el Castellón desapareció de la órbita del fútbol profesional con el descenso deportivo a Segunda División B.

Desde entonces, una temporada en Segunda B y seis en Tercera. Pero el séptimo curso liguero en la cuarta categoría se confía en que sea el último y el impulso de tantos abonados conduzcan al equipo albinegro a la división de bronce del fútbol español. De lo contrario, el panorama seguirá siendo más oscuro si cabe.