El comité de conflictos del Partido Popular ratificó la expulsión del diputado autonómico Daniel Ansuátegui, junto a otro ochos militantes de la formación política, entre los que se encontraban dos concejales del Ayuntamiento de Torreblanca. Los cargos que se le atribuyeron a Ansuátegui fueron «desoir las directrices del partido, crear corrientes de opinión, y atribuirse cargos y funciones».

En una entrevista concedida a Levante de Castelló y publicada el 25 de julio de 1992, Ansuátegui le daba la enhorabuena a Carlos Fabra, por aquel entonces presidente del PP, «pues después de ocho años ha conseguido su propósito de eliminar a la única alternativa que tenía en Castelló, a mí».

Es más, Ansuátegui, al que se le acusaba de orquestar una moción de censura contra el alcalde de Torreblanca sin el visto bueno del partido; aseguraba abiertamente que toda había sido una maniobra de Fabra: «Además, ahora, en el próximo congreso se presentará victorioso como hizo Franco en la plaza de Oriente. Lo conozco perfectamente y por fin ha conseguido su objetivo, con esa preponderancia arrogadora que siempre le ha caracterizado».

Y avisaba que: «Si no le paramos los pies a tiempo, Fabra hará del PP provincial un cortijo como el que ha hecho con la Cámara de Comercio (de la que era secretario general). Lo sé de buena tinta y además siempre hemos estado enfrentados en los congresos porque nunca he aceptado sus métodos. La persecución viene de lejos, pues gané dos congresos y Fabra intento que me uniera a él».

Años más tarde, Daniel Ansuátegui se vería salpicado por un asunto de subvenciones del Ayuntamiento de Torreblanca, del que era concejal, a diversas empresas. Un tema del que salió airoso y limpio después de pasar por los Tribunales.