Han llenado plazas, auditorios y jardines emocionado y poniendo de pie a un público entregado que no ha dudado en mostrar su agradecimiento a este grupo de jóvenes artistas dedicados en cuerpo y alma a la música. La orquesta Carpe Diem Chamber Orquestra de St. Petesburg, impulsada por Enharmonia, dirigida por Pablo Marqués y con Raisa Ulumbekova como directora artística puso ayer punto y final en Petrés a su sexto tour 2017 por España con un éxito rotundo en todos y cada uno de los conciertos que han celebrado estos días en Altura, Segorbe, Navajas, Faura, Benicàssim y Petrer.

Un proyecto que surgió «de forma un poco mágica», como su propio director indica, y que, sin duda, ha cumplido con creces su objetivo: acercar la música clásica de altísima calidad como Vivaldi con sus Cuatro estaciones, el concierto para violín de Shostakovich o la versión orquestada por Maurice Ravel de Cuadros de una Exposición de Modest Músorgski con un fin, «no solo que la gente disfrute, que también, sino que reflexione, que les cale, les llegue y les haga sentir».

Fue hace seis años cuando el director alturano Pablo Marqués, alma mater de «esta locura musical», comenzó a hilvanar su idea «con el fin de aportar su granito de arena a la comarca del Alto Palancia y educar en la música clásica a las zonas rurales». «Desde entonces hasta ahora no podía imaginar la gran respuesta que está teniendo el proyecto. Empezamos con algo totalmente experimental, gracias al apoyo de varios amigos que creyeron en mí y con una orquesta en la que éramos unos 30 músicos, 12 de ellos rusos, y este año hemos estado actuando más de 70, de los que 21 son rusos y llevan un mes aquí en España, procedentes de las mejores orquestas de todo el mundo».

Toda una delicia para los oídos y los sentidos que llegó a su punto álgido, en el concierto de Segorbe el pasado martes donde los aplausos, el reconocimiento y «la química con el público fue espectacular». Bajo la batuta de Marqués, el virtuosismo de la concertino y directora artística del proyecto, Raisa Ulumbekova, hizo vibrar al público en la primera parte del concierto con su interpretación como solista del Concierto para Violín n.1 op. 77. Dimitri Shostakovich.

El programa continuó con su lado más pedagógico con uno de los famosos poemas sinfónicos de Modest, Cuadros de Una Exposición, versión orquestada por Maurice Ravel. Y es que, según apuntaba ayer Marqués entusiasmado, «hay que pensar que interpretar a Shostakovich es complicadísimo, difícil de digerir para el público y también muy personal y conseguir entusiasmar a la gente de esa manera como vivimos en Segorbe es algo espectacular».

Con un balance «mucho más positivo de lo que esperábamos y teniendo en cuenta que se trata de un proyecto desinteresado y con financiación prácticamente nula a excepción de los ayuntamientos», Marqués echa la vista atrás y no puede más que sentirse agradecido a todos los músicos que componen su equipo, así como a sus padres y una de las amigas de su madre, que se encargan de la logística y avituallamiento del equipo.

«Al principio, comentaba, sobre todo por los rusos porque se trata de músicos de las mejores orquestas del mundo, pensaba que quizás no les podría interesar por lo humilde del proyecto, máxime pensando que los primeros tres años se pagaban ellos los billetes». Asimismo, Marqués añadió que «ahora estoy muy contento de que entre todos esto haya acabado convirtiéndose en cita obligatoria cada verano para mucha gente que incluso nos escribe en junio para planificarse venir a vernos».

Durante estos días, la convivencia entre músicos rusos y españoles, unidos a los ensayos, las vivencias, el aprendizaje recíproco y las horas y horas de ensayos han marcado un mes de trabajo y diversión para todos los integrantes. Tanto es así que, desde la organización, ya están pensando en el repertorio y los conciertos del próximo tour porque, como Pablo y los palantinos desean «tenemos Carpe Diem para años».