El Parque de Artillería es una antigua área militar que alberga baterías, túneles y rampas conectados con la zona marítima del exterior del recinto. Se trata de la zona que ocupa el lado este de la silueta que se aprecia desde el mar, un rincón repleto de vegetación que, actualmente se ha convertido en hogar de aves rapaces y parada obligatoria de la visita histórica por la ciudadela. El espacio se divide en dos partes interconectadas entre sí por un acceso empedrado.

Por un lado, la zona inferior se compone por diversas fortificaciones construidas a finales del siglo XVI por orden de Felipe II, quien perseguía el objetivo de mejorar el área defensiva del castillo medieval para, poder así, resistir la gran amenaza de la época en el Levante: los ataques piratas y la armada turca. Entre estas construcciones se encuentran varios túneles y grandes rampas que sirvieron para trasladar con facilidad las piezas de artillería hasta emplazamientos como los fosos o las casamatas, donde se encontraban los cañones de las zonas bajas.

Este entramado de accesos exteriores e interiores que hoy se contemplan como grandes miradores a la costa mediterránea fueron construidos entre 1576 y 1579 por un ejército de hombres que llegó a contar con 600 trabajadores como especialistas o arrancadores de piedras.

Uno de los puntos clave de este espacio era el polvorín, que aún se conserva, o almacén de la pólvora. Esta nave rectangular abovedada data de mediados del siglo XVIII y está adosada a la muralla renacentista en su último tramo, hacia el norte. Hasta ella se accede por un pasadizo y da salida a una plataforma desprotegida con vistas al mar.

Un castillo de película

Por otro lado, la zona superior es la más cercana al castillo medieval e incluso está conectada con él mediante una gran escalinata de piedra. Desde ella, se contempla una perspectiva de los jardines realizados en la segunda mitad del siglo XX sobre la roca, de la zona trasera del Ermitorio de la Virgen de Ermitana y de toda la costa norte de Peñíscola, así como del litoral de Benicarló y Vinaròs.

A finales de 2015, Peñíscola albergó el rodaje de la sexta temporada de Juego de Tronos y uno de los escenarios seleccionados para convertir al municipio en la ciudad de Meereen fueron los Jardines del Castillo, con los pasos de ronda y la gran escalera de piedra que conecta con la plaza del faro. Este hecho supuso un incremento del impacto turístico muy significativo, ya que la serie cuenta con millones de fans de muchos lugares del mundo.