«La remodelación de la plaza Cardona Vives da más protagonismo al peatón y mejora la movilidad urbana de Castelló». Con estas palabras, la entonces consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, inauguró la obra que adaptó el entramado vial de la plaza para dar cabida a la línea 1 del TRAM.

La actuación que hizo la conselleria, con un coste de 6,2 millones de euros consistió reducir los metros cuadrados dedicados a calzadas y aumentar la plataforma reservada para el transporte público de viajeros. De hecho, se estimaba que de 41.900 vehículos, se pasaba a una circulación de 7.800 unidades.

No obstante, solo se reservó espacio para dos bancos en la parada del TRAM, aunque el diseño de la plaza sí que habilita espacio para la ubicación de una marquesina que proteja a los viajeros.

Algunos vecinos han presentado escritos en el Ayuntamiento de Castelló con la demanda de la marquesina. En su denuncia, alegan que especialmente en verano la espera a pleno sol se hace muy molesta e incluso algunos se retiran al jardín anexo buscando la sombra. Los mismos vecinos también argumentan que en invierno se hace necesaria, sobre todo los días de viento y lluvia.

Sin embargo, el «olvido» engloba también las paradas de la plaza Juez Borrull, la calle Ruiz Zorrilla, la avenida Rei En Jaume y la calle Saragossa. En ninguna de estas cuatro paradas se ubicaron las marquesinas con diseño unitario que sí existen en el resto de paradas desde la UJI al Grau.

En este sentido, desde el consistorio apuntaron que la construcción de estas estructuras corresponde a la conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio y aseguraron que ya se les ha comunicado las sugerencias recibidas por los usuarios del TRAM.

Este mismo enfoque es el que esgrime la compañía concesionaria del servicio, quienes indican que los técnicos municipales son conocedores de la demanda ciudadana de ubicar protecciones en las paradas de la línea 1.

Esta reivindicación fue recogida por Castelló en Moviment en 2015, quienes reclamaban en su día que se instalaran parasoles en las citadas paradas del centro de la ciudad. De hecho, el portavoz de la formación asamblearia, Xavi del Señor manifestaba que «no tiene sentido que la mayor parada del TRAM acondicionada con todos los lujos y decorada a todo color sea la que apenas nadie utiliza por estar a las afueras de la ciudad, mientras que las paradas del centro no tienen ni sombra ni bancos donde la gente pueda sentarse a esperar».

En este punto llama la atención que no estuvieran incluidas en el proyecto original las marquesinas, debido a que el recorrido estaba delimitado desde un principio a su paso por el centro. Cabe apuntar que tras la sentencia que impedía el paso por dentro del Parque Ribalta, se modificó parte del trayecto original, pero no aquellas paradas y aquellos recorridos que circulan por el cuadrante formado entre la plaza Cardona Vives, la plaza Borrull, la avenida Rei En Jaume y la calle Saragossa.

La conselleria de Vivienda , Obras Públicas y Vertebración del Territorio aseguró en este sentido que «la planificación de la obra es de 2012 y corresponde al anterior ejecutivo del PP», aunque se mostraron dispuestos a escuchar las reivindicaciones de la ciudadanía y a analizar las quejas remitidas por el Ayuntamiento de Castelló.

En 2016, un total de 2.276.214 de viajeros, utilizaron la línea 1 del TRAM, lo que supone un incremento del 7,3 % respecto a 2015. En viajeros, el incremento se situó en 163.402 clientes más, según informó la conselleria.