El desarrollo del plan antiinundación es una de las asignaturas pendientes en la Comunitat Valenciana y Castelló desde hace años. El primer programa, bautizado como Patricova, se aprobó en 2003 y desde entonces sólo se han realizado la mitad de las actuaciones previstas. El actual ejecutivo valenciano lo revisó hace un año para adecuarlo a la realidad actual. Según la nueva planificación, 109.307 castellonenses de 57 municipios residen en zonas con riesgo de riadas.

Esta memoria indica que Castelló presenta con un 18 % respecto a la población total el mayor porcentaje de personas afectada frente al 9, 74 % de la provincia de València o el 12,29 % de la de Alicante. Se emplazan en 22.958 hectáreas de extensión mientras la capital de la Plana es, añade el documento, la población con más riesgo global de la provincia.

El 72 % de los residentes en riesgo de Castelló (79.706) se localizan en tres de los seis ámbitos con bajas frecuencias de inundación, mientras 29.601 se ubican en emplazamientos con alto riesgo. Asimismo, el informe afirma que existe una población potencial -se calcula teniendo en cuenta la posible ocupación de todas las viviendas unifamiliares construidas-que sitúa en Castelló en los 189.503 residentes.

De las 57 localidades de la provincia que cuentan con terrenos susceptibles de sufrir inundaciones, 19 están calificadas con niveles de riesgo medio y alto. Y de los mismas, sólo cuatro- Benicarló, Benicàssim, Borriana y Nules- han realizado el correspondiente plan de actuación , según advirtió el martes en Nules el director general de Emergencias, Josep Maria Àngel. Los ayuntamientos de Alqueries y Almenara lo tienen elaborado y les falta la confirmación por parte de sus plenos municipales. Tienen que redactarlo, según los datos del Consell, Alcalà de Xivert, Castelló, Caudiel, La Llosa, Les Coves de Vinromà, Moncofa, Orpesa, Peñíscola, Toga, Torreblanca, Vinaròs y Viver.

La memoria del Patricova subraya que de 2003 a 2016 se culminaron 10 de las 30 medidas estructurales programadas mientras otras tres se llevaron a cabo de manera parcial. Entre las impulsadas cabe destacar los encauzamientos del río Seco o el barranco de Fraga en Castelló, el puente sobre el barranco de Barbiguera en Vinaròs o el puente sobre la desembocadura del río Chinchilla en Orpesa. Entre las 17 actuaciones pendientes se encuentran el dique en la rambla Cervera en Benicarló, la prolongación del encauzamiento en Viver o el drenaje al mar del barranco de Moles en Peñíscola. Estas medidas corresponden, según fuentes de la Generalitat, a la Confederación Hidrográfica del Júcar.

El Patricova, recuerda el Gobierno valenciano, se concibió, entre otros fines, con el objetivo de integrar «la variable territorial de la inundabilidad en la ordenación y planificación del territorio». Remarca que se ha incluido en los desarrollos urbanísticos y resalta que sin el Patricova habría crecido en la última década la población en riesgo de inundaciones.

Planes de actuaciones

El Ayuntamiento de Les Alqueries informó ayer que en breve presentará el plan de actuaciones. Por su parte, el edil de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Castelló José Antonio Zamora exigió la elaboración del programa antiinundaciones. La ciudad dispone de un protocolo al respecto y ha invertido 2,5 millones para reducir el impacto de los temporales de lluvia, según destaca el equipo de gobierno.