Tanto va el bipartito a Lafuente... que algo se ha roto en el equipo de Gobierno. Se elegía director de la Oficina de Planificación y Proyección económica entre dos candidatos: Lafuente (el compañeros de filas y de trabajo de la alcaldesa, que renunció a ser concejal para cobrar el doble en este puesto que le dio a dedo Marco, la líder del partido socialista dedocrático, y que fue instado a ser cesado por el pleno en dos ocasiones) y una funcionaria de la Diputación con gran experiencia en captación de fondos europeos. Y a estas alturas, con la tensión que han generado meses de polémica, cualquier decisión era perjudicial para el Ejecutivo local. Porque si volvían a nombrar a Lafuente se creaba un cisma aún más profundo en el bipartito; y si no lo nombraban (como finalmente se ha decidido y se formalizará si no hay sorpresas) los concejales socialistas se enfrentan a Marco, que ha avalado una y otra vez a su amigo. Son las consecuencias del enchufismo que practica este Gobierno. Vieja política.

Pero lo más preocupante es que el bipartito se ha escondido hasta que ya no ha podido más para tomar esta decisión y esto ha provocado que hayamos estado casi tres meses sin responsable de la oficina encargada de recavar y gestionar fondos europeos para nuestra ciudad, con la falta que nos hace. Este retraso ha dejado en evidencia que para el bipartito sólo era urgente ocupar esta plaza cuando tenían que enchufar y colocar a Lafuente. Y si en este caso la demora ha sido por cobardía o por actitud propia de avestruz; en otros ámbitos aún más importantes el bipartito ha practicado la demora por dejadez o por falta de preparación.

El equipo de Gobierno castellonense ha demostrado que es incapaz de manejar con soltura, eficiencia y rapidez una crisis en materia antiterrorista. Si otros municipios o incluso la autoridad portuaria tomaban medidas para evitar los atropellos masivos al día siguiente del atentado de Barcelona, el bipartito se reunió a la semana (porque para ellos es evidente que una alerta antiterrorista no es urgente, ni mucho menos más importante que las vacaciones estivales) y tardaron dos semanas más en decidir dónde convendría poner estos obstáculos. Vamos, que donde unos necesitan unas horas, el bipartito necesita más de 20 días para decidirse. A eso se le llama eficacia. Ja, ja.

No son buenos en la acción, pero tampoco en la previsión. Y eso lo vemos en la gestión diaria: no tuvimos servicios de playa básicos en Pascua porque se les había pasado el plazo; a una semana de la semana Europea del Deporte, los castellonenses no conocen las actividades a las que podrían ir, ni tan siquiera que se va a celebrar esta iniciativa; las ayudas a las asociaciones han salido con meses de retraso; seguimos sin plan municipal frente a inundaciones ni incendios forestales; dos años después encargan un diagnóstico de la situación de la vivienda social en nuestra ciudad... En fin, un rosario de muestras diarias de la falta de eficacia del bipartito que supuestamente venía a hacer una Revolución y sólo ha protagonizado la Evolución del modelo anterior. Están demostrando ser políticamente torpes y más de lo mismo pero elevado al cuadrado.

Este Castellón mío, este Castellón nuestro. Ay, ay.