l Vila-real ha marcado nueve goles en tres partidos seguidos y ha encajado dos, lo que le ha valido seis puntos para la Liga y tres para la Liga Europa, además y del mismo modo que en el estreno de la temporada no metió ninguno y le endosaron cuatro en los dos primeros partidos, con una renta de cero puntos en la competición doméstica, también conocida como la mejor liga del mundo. Todo eso ante rivales medios. La diferencia hay que buscarla en que mientras en los tres últimos compitió regularmente, mientras en los dos primeros paseó el palmito en València contra el Levante y se disfrazó de sparring ante la Real Sociedad. La diferencia entre ganar o perder tuvo que ver con la falta de compromiso en los dos primeros y en la eficacia goleadora en los tres partidos ganados, gracias a Bakambu y Bacca, con una intervención goleadora de Castillejo y Cheryshev.

En el entretanto se han ido recuperando, con cuentagotas, algunos valores de entre los inquilinos de la enfermería. Todavía quedan a la espera de cumplir los plazos de recuperación, otros, entre los que hemos de destacar a Asenjo y Bruno todavía en recuperación, si bien el portero palentino regresará antes que el capitán de Artana. En cuanto aparezcan, incluido Roberto Soriano, la plantilla estará trufada de un puñado de profesionales de altísimo talento, entre los que había y los que han llegado. Otra cosa es lo de Bakambu y Bacca, dos artilleros del área de toma pan y moja. Fundamental el fichaje de Bacca de lo mejorcito de la competición y a los hechos me iré remitiendo. Hasta cuatro goles exquisitos marcaron ayer en Vitoria, dos por barba, uno de ellos anulado por un justito offside. Aquí hay tomate y miembros donde escoger para rotaciones, puesto que así lo exigirán las tres competiciones en las que participar.

En la otra cara de la moneda brilla, lamentablemente, esa tendencia perversa de las visitas a la enfermería por largo tiempo que por pura casualidad, no será, o eso me temo. Tampoco puede obviarse la mezcla de profesionales jóvenes que mejoran cada día con Castillejo y Fornals más el ruso como ejemplos vivos, que están llamados a pasar de promesas a realidades brillantes, debidamente asistidos de los veteranos Bonera, en defensa, Bruno en el centro del campo y Bascca arriba, que han hecho guardia en las mejores garitas de Europa.

Todo y en un Estadio de la Cerámica donde nos esperan tardes de espectáculo garantizado. Cuando lleguen, que no tardarán ya, Asenjo y Bruno, el Vila-real está llamado a ser alguien importante en el concierto del fútbol español, a poco que se haya superado ya aquel inicio de temporada.

Respecto al partido en Vitoria, no todos los visitantes ganarán, porque no todos los visitantes marcaran tres goles más uno anulado sin encajar ninguno. Pareció fácil, pero hay que roelo. El equipo estuvo con el ánimo todavía marcado por las derrotas primeras, lo que quiere decirse con la confianza todavía sin consolidar, que habrá crecido, después de la mañana.

En La Bombonera en que se ha transformado el ya Estado de la Cerámica, la fiesta del fútbol tiene nombre.