Los vecinos de la Vall d'Uixó recibieron con particular dolor la noticia del terremoto que afectó a estados del sur de México el 6 de septiembre con una intensidad de 8,2 grados en la escala abierta de Richter y que provocó más de 50 victimas mortales. La razón es que la población de Juchitán de Zaragoza, con la que mantiene lazos de hermandad desde 2007, fue una de las más afectadas.

La Parroquia de la Asunción ofreció una Eucaristía el jueves 14 por todos los fallecidos y damnificados. Al final de la celebración, se anunció la iniciativa de Mons. Casimiro López Llorente para realizar una campaña especial de recogida de fondos en toda la Diócesis a través de Cáritas Diocesana con el objetivo de paliar las necesidades más primarias de la región afectada.

Se estima que más de la mitad de las viviendas del pueblo se derrumbaron tras sentir la sacudida. La misma parroquia, dedicada a San Vicente Ferrer, ha quedado en ruinas. Todavía hoy se sigue buscando a los desaparecidos entre los escombros de los edificios derrumbados de la ciudad hermanada de Juchitán y el resto de poblaciones afectadas por el seísmo.