El Sevilla se consolida arriba en la tabla con su quinto triunfo liguero en siete jornadas, en un duelo andaluz sin buen juego pero con más ocasiones para los locales. Los sevillistas salieron con mucha fuerza, con ímpetu, para intentar acrecentar los nervios de los malaguistas y desarbolarles con llegadas rápidas, y ya a los 27 segundos Navas avisó con un tiro que salió alto. No paró el acoso hispalense, que, sin un juego fluido ni brillante, no cesó de buscar la meta de Roberto.

El Sevilla, que cayó muchas veces en el fuera de juego, algunos protestados por los locales, acumuló cinco buenas ocasiones para haberse adelantado en el marcador, pero ni Muriel por dos veces, en una con un tiro al lateral de la red al cuarto de hora, al igual que Mercado a tres del descanso, ni Pizarro ni Franco Vázquez atinaron.

La falta de puntería permitió respirar a un Málaga defensivo, alicaído, centrado en cortar las intentonas de los blanquirrojos y al que le costó un mundo llegar, con cuentagotas, al área rival, con dos únicas opciones sin excesivo peligro en los cinco últimos minutos de Juanpi -quien mejoró mucho a su equipo-, pero tiró flojo y mal, y del joven Mula, con un disparo lejano que despejó Soria.

En la reanudación, los blanquiazules, quizá por el correctivo que Míchel debió de darles en el vestuario ante su fútbol plano y sin ambición del primer tiempo, salieron más despiertos. El equipo malaguista, con una imagen y unas ganas muy diferentes ahora, apretó, llevó peligro al área local y pudo marcar con sendos remates desde la frontal del área de Recio, que se fue fuera por poco, y de Mula, atajado por David Soria.

Berizzo quiso cambiar el guión al dar entrada al cerebro argentino Éver Banega por un intermitente Franco Vázquez. El argentino marcó de penalti cometido por el venezolano Rosales al driblarle dentro del área el también argentino Correa. Casi sin tiempo para reponerse, en el 70, los pupilos de Míchel encajaron el 2-0 al hacer su segundo tanto en liga el colombiano Muriel.