La Agència Valenciana del Turisme, en su labor de impulso y difusión de productos turísticos que singularicen la oferta turística de la Comunitat Valenciana, va a impulsar la Ruta de los Borgia, un recorrido que tendrá parada en Castellnovo, siendo el único municipio de la provincia de Castelló incluido en esta ruta.

La nueva iniciativa será presentada durante la mañana de hoy a cargo del secretario autonómico de la AVT, Francesc Colomer y la misma se trata de una nueva identidad corporativa del «Territorio Borgia» cuyo objetivo es dar mayor visibilidad y promoción a la ruta.

Entre los asistentes a la presentación de hoy estará la alcaldesa de Castellnovo, Carmina Gil, quien comentó ayer que la inclusión del municipio en la ruta va a conseguir darle un impulso al castillo que fue habitado por Beatriz de Borja. «He estado luchando para que se reconozca este castillo, que se tenga en cuenta para que pueda ser rehabilitado y abrirse al público», explicaba ayer la alcaldesa, quien añadió que el castillo de Castellnovo fue el primero de los Borgia y el único elemento en la provincia de Castelló.

Sobre el pequeño cerro situado al sudeste del casco urbano de Castellnovo, se alzan las majestuosas ruinas del castillo, que más parecen las de una mansión señorial que las de una fortaleza.

Haciendo un poco de repaso sobre la historia del lugar, el castillo como fortaleza fue construido sobre el cerro más alto, el de San Cristóbal. Data del tiempo de los romanos y sería punto avanzado de la ciudad de Segóbriga. Más tarde fue fortificada por los moriscos, restaurando sus primitivos muros, y por este motivo le pusieron el nombre de Castillo Nuevo o Castellnou, tomando la villa el nombre de Castellnovo.

La familia de los Borja creó la baronía sobre este lugar. Una Beatriz de Borja fue la encargada de repoblarla en el año 1610 tras la expulsión de los moriscos. En el siglo XVII el señorío pasó a los Folch de Cardona, elevando la baronía a marquesado. En el año 1836 fue escenario de una batalla muy sangrienta entre liberales y carlistas.

El castillo es de origen romano, y formó parte de la red defensiva de Segorbe. Fue posteriormente reconstruido por los musulmanes. A mediados del siglo XV sufrió importantes modificaciones y reestructuraciones, que le otorgaron una bella impronta renacentista, destacando sus salas de arcos y bóvedas nervadas, así como el elegante matacán del acceso principal.

Su estado es de ruina progresiva y es por ese motivo que desde el ayuntamiento se ha querido trabajar en su restauración.