Como contra el Crevillente y como contra el Roda, el Castellón fue incapaz anoche en Elda de custodiar una ventaja a domicilio. El gol del empate del Eldense llegó en un saque de banda en el minuto 92, y al Castellón le supo a traición como un golpe bajo y sucio. Los albinegros fueron mejores en los tramos iniciales de cada mitad, en un despliegue muy serio, pero fueron cediendo en ambos casos a medida que avanzó el partido. El 0-1 de Guinot también llegó a pelota parada, en un córner, y también en un momento crucial, el primer minuto de la reanudación. Nadie puede decir pues que fuera injusto el 1-1 postrero de Murci, pero la amargura será seguro duradera en las filas de los albinegros. Descansan este fin de semana, y se les escapó la ocasión de dormir en el diván feliz del coliderato.

De entrada, el equipo de Frank Castelló salió con personalidad en el campo del líder. Ganó posicionalmente la batalla y rozó el gol en un saque de esquina que enroscó Juanjo en el minuto 3, y que exigió la respuesta felina del portero Chema. El partido fue bravo y se balanceó al modo de los pulsos tabernarios. Lo importante era volcar la resistencia del rival para llevar la acción al campo contrario. Una vez allí, los peligros eran más ajenos que propios.

Por eso vivió relativamente cómodo el Castellón durante el primer cuarto de hora. Nico se buscó la vida acercándose a Cubillas con diagonales desde la izquierda, y volvió a probar al portero con un tiro desde la frontal con la zurda. Sin escapar de la igualdad reinante, el Eldense viró a partir de ahí el dominio. Tapó mejor la salida de Dealbert y el Castellón fue perdiendo también la segunda jugada, y así el oxígeno poco a poco. El cuadro local generó peligro en los potentes y profundos saques de banda de Terol, uno por cada lado. En el minuto 21 Jornet perdonó el gol tras un tibio despeje hacia atrás de Guinot, y en el 32 Kike Torrent cabeceó directamente fuera otro envío venenoso desde la línea de cal.

La continuación

La primera mitad se cerró con la lesión de Luismi Ruiz. Frank optó por retrasar al lateral a Serra y darle bola a Zarzo, manteniendo a Guinot, Forner y Marenyà en el triángulo del centro del campo. La segunda parte avanzó por una senda similar. Nico Pascual-Peleone provocó un córner enseguida: lo botó Juanjo, lo cabeceó Cubillas y lo embocó a gol Guinot, listo con el estoque.

Al 0-1 le siguieron los mejores minutos de los albinegros, superiores en todas las líneas pero achatados en el área. Las llegadas se quedaron en semi ocasiones, y el Eldense tomó aire para preparar el asalto definitivo. El Castellón no dejó de correr, no racaneó en el esfuerzo, pero a cada rato cedió más metros ante el empuje de los locales que, por contra, cada vez se volcaban más al ataque. Le faltó punzar a la contra al cuadro orellut, y esa falta de preocupación defensiva ayudó a la acumulación local de hombres en el área.

El asedio fue convirtiéndose en un goteo de oportunidades. En el minuto 66 Solano descosió el traje de Serra en el lateral, y el árbitro perdonó un penalti por mano de Enrique. En el 72 Zagalá desvió con mérito un cabezazo picado de Clausí, y en el 73 blocó un tiro en el área de Kike. Las piernas frescas en el medio de Rubio no taponaron apenas vías, y el larguero evitó el empate en el 83, al repeler un disparo lejano y potentísimo de Clausí. Colgado de ese larguero llegó el Castellón al tiempo de prolongación. Se habían cumplido dos de los cuatro minutos de añadido cuando el Eldense cerró el círculo. Lo que un saque de banda comenzó, su peligro ofensivo, otro saque de banda terminó, el empate. Terol bombeó la bola al área y el Castellón concedió tres toques. La pelota transitó de ida y vuelta y todo ello suele ser sinónimo de problemas. El local Murci empujó desde cerca el balón al interior de la portería.

Solo entonces, en el 93, Frank Castelló gastó el último cambio.