¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones?

Por responsabilidad. Cuando decidí embarcarme en esta aventura lo hice, quizá, en el peor momento que ha vivido la Cámara en sus más de 110 años de historia. Fui muy consciente de ello, pero mi propósito era no arrugarme ante la adversidad y apostar por algo en lo que creo firmemente. La Cámara es una entidad muy necesaria y aquí tengo los mejores mimbres, su personal, para salir adelante. Dije que no me iría hasta no ver encauzada la situación. Hoy está encauzada, pero a unos retos se han sumado otros, como es consolidar aquello que nos ha costado tanto. En principio pretendo continuar. Esa es mi intención y no es ningún secreto, pero siempre me gusta dejar las puertas abiertas a cualquier posibilidad. Me da una libertad a la que no quiero renunciar. No será un camino de rosas como no lo ha sido hasta ahora, pero cuando veo lo conseguido me anima a perseverar en el esfuerzo. Soy una persona poco dada al abandono, y mi compromiso hoy está aquí. Si soy digna de los suficientes apoyos que se necesita para continuar, seguiré porque todo esfuerzo merece la pena si crees en que lo que haces es bueno para tu entorno, y estos apoyos han sido por parte de las instituciones, empresarios y trabajadores de la entidad que presido, y a estos no les puedo defraudar.

Si revalida el cargo, ¿cuáles serán sus objetivos?

Pues el principal reto es asegurar los logros obtenidos en estos últimos años, aumentar las perspectivas futuras para una corporación que considero aporta cosas muy positivas para el tejido económico de la provincia y cuajar lo que nos ha dado tan buenos resultados en estos últimos años, me refiero al esfuerzo realizado por parte de los trabajadores de la Cámara y por mi misma; tengo mucho que agradecerles.

¿Qué papel debe jugar la Cámara?

El papel de la Cámara de Comercio sigue siendo la de una corporación empresarial de derecho público con las mismas atribuciones que venía realizando. Los cambios en su reglamento interno obedecen a la necesidad de adecuar sus estructuras a la Ley de Cámaras, por la que se refuerza su papel de dotadora de servicios, autosuficiente así como se asegura la representación de los intereses generales del tejido productivo.

¿La eliminación de las cuotas obligatorias ha supuesto un acicate para la Cámara?

La eliminación de las cuotas supuso un cambio radical en nuestra manera de concebir el funcionamiento de la Cámara. Tuvimos que adaptarnos a unos cambios de manera repentina y confieso que costó, pero hemos sabido superarlo apostando por ampliar nuestra oferta de servicios, apostar por la calidad de lo que ofrecemos y reforzar nuestro papel como impulsora de proyectos.

¿Debe asumir un papel reivindicativo ante la crisis de la patronal provincial?

No es algo que nos preocupa especialmente. Lamentamos profundamente esta crisis. Creo que las empresas deben tener órganos de representación social potentes, que dejen patentes las principales inquietudes del sector. Pero no es algo que nos determine nuestra manera de actuar. La Cámara ha sido, es y seguirá siendo adalid en la defensa de los intereses generales de los castellonenses. Hemos liderado y no nos duelen prendas para encabezar las reclamaciones que consideramos justas. La reivindicación es algo que va en nuestro ADN y nos sentimos muy orgullosos de ello. No nos cansaremos de defender y apostar por las infraestructuras que necesita esta provincia para afrontar el progreso con garantías. Lo siento mucho para las diferentes Administraciones, pero siempre nos encontrarán en frente en defensa de los intereses de esta tierra y al lado y empujando cuando se trate de colaborar por el bien de todos.

¿Castelló necesita una patronal provincial o con una autonómica es suficiente?

Lo que realmente necesitamos son personas comprometidas por el colectivo. Tenemos unos empresarios que son un ejemplo para todos. Han sabido superar muchas vicisitudes y han sabido abrirse paso, pero las asociaciones representativas ocupan mucho tiempo, desgastan y, sobre todo y en ocasiones, hace que descuide tu negocio que, al fin y al cabo, es lo que nos da de comer. No soy una persona que piense en la territorialidad como precepto necesario para que salgan bien las cosas. Lo importante es contar con gente comprometida, vengan de donde vengan y estén donde estén. Pero sí le puedo decir que la cercanía y el contacto permanente es siempre mejor.

¿Qué supondrá para el tejido económico el corredor mediterráneo?

El corredor mediterráneo es algo largamente reclamado. Supondrá un impulso a la competitividad de nuestra economía, la creación de riqueza y la generación de puestos de trabajo. Tenga en cuenta que hoy nuestros productos destacan por ser punteros en muchas partes del mundo y eso que contamos con menos recursos que nuestros más inmediatos competidores. De tener este corredor, imagínese a dónde podríamos llegar. Esencialmente, supone una reducción de costes, llegar a nuestros mercados antes y en mejores condiciones, ampliar las posibilidades en cuanto al tráfico de mercancías. No podemos perder este tren porque los diferentes mercados internacionales pisan fuerte y no nos podemos dormir.

¿Es necesaria la gratuidad de la AP7?

Castelló tiene un déficit importante en materia de comunicaciones. Tenemos una nacional 340 saturada que muy a menudo nos sobrecoge por su alta siniestralidad. Tenemos una CV-10 que está a medias, que debería ser el eje que debiera recorrer de norte a sur toda la provincia; tenemos déficit en cuanto a las conexiones con Aragón a través de la N-232. Eso sí, celebramos las importantes mejoras que están llevando a cabo en estos tramos, pero hay que recordar que es una vía que, salvo en la parte castellonense, en poco tiempo será autovía. ¿Es necesaria la gratuidad de la AP-7? Pues con el escenario que le he planteado ya se lo he contestado. Si la concesión llega a su fin, llega a su fin. Serviría para amortiguar el actual impacto que tiene el tráfico en el resto de las vías.