Eloísa Domínguez empezó como pianista cuando apenas tenía ocho años y se ha especializado en conservatorios de Granada, Madrid y Tallin (Estonia). Tras llegar a dirigir en el FEX (Festival Internacional de Música de Granada-Extensión) o en el Auditorio Nacional de España, Eloísa, natural de Ronda y con 27 años, se embarca ahora en una nueva etapa con la Unión Musical Santa Cecilia de Benicàssim.

¿Cómo se define como directora de banda de música?

Me defino como una eterna estudiante y una trabajadora incansable, que es la manera en que considero a cualquier músico que respete este mundo que no es ni un trabajo, ni una vocación. Se convierte en tu vida, 365 días al año, 24 horas al día.

¿ Por qué la banda de Benicàssim?

Porque es una banda con una larga tradición que además tiene asegurada una gran proyección a nivel regional y nacional, con una materia prima de primer orden que únicamente necesita confianza en sí misma, trabajo duro y motivación, tres ingredientes

que estoy decidida a aportarles.

¿Cuál es su método para dirigir una banda de música?

Mi método, como he podido asimilar durante estos años, consiste en desarrollar una mentalidad de equipo, de apoyo, de confianza y de generosidad para con cada músico de la agrupación. Ese granito de arena conlleva una escucha activa a los demás compañeros, una mayor responsabilidad a la hora de defender el papel y la búsqueda de un sonido recogido y compacto. Todo ello indiscutiblemente unido a una clara disciplina y respeto a la jerarquía de la banda ya que éstas también son cualidades perfectamente audibles en un concierto por el público.

¿Qué elementos quiere introducir en la banda de Benicàssim?

Como elementos «tangibles», me gustaría aportarles algo de la cultura andaluza que me corre por las venas con algunas obras del sur de España que no suelen tocar a menudo o que ni siquiera han tenido la oportunidad de conocer. Asimismo, abogar por obras de estreno de compositores nacionales e internacionales o el apoyo a miembros de la banda que deseen y estén preparados para interpretar un papel de importancia solista.

¿Qué consejo o recomendación darían a quien quisiera dedicarse a la dirección?

Sobre todo y ante todo, formación. No tiene por qué ser académica. Grandísimos directores, compositores e intérpretes nunca pisaron un conservatorio, pero sí que se formaron de una manera y otra. Es una desgracia que, en este país, haya tanta libertad a la hora de coger una batuta. El «todo vale» sólo puede dirigirnos a un panorama musical mediocre y no tengo ni siquiera que recordar el enorme talento que existe en España, aún por explorar y descubrir.

¿Podría dar una valoración sobre la presencia de mujeres al frente de la dirección de una banda de música?

En la actualidad, no hay duda de que la mujer representa una minoría de la población al frente de una banda. La dirección siempre ha sido un mundo de hombres creado por hombres. Es simplemente una cuestión histórica que no debe, o no debería, tener mayor trascendencia. De igual modo que las orquestas y bandas ya no tienen un perfil determinado o una inclinación concreta hacia un género u otro, estoy convencida de que este hecho está cambiando. No hay más que ver la trayectoria que hemos podido experimentar las mujeres en 50 años. No olvidemos que no hace aún ni 100 años que la mujer en España tiene un papel relevante, al menos «oficialmente». Esto es solo el principio y únicamente conseguiremos que nada de esto sea noticia si logramos educar en la tolerancia, la igualdad y el respeto, valores muy presentes en las bandas de música.