Las elecciones primarias para la elección de las secretarías provinciales del PSPV se han enquistado en la provincia de Castelló, consecuencia de la convulsa discusión interna generada desde la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del partido. Castelló es una de las provincias que de forma más enconada ha vivido el proceso interno generado para propiciar la abstención a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Tras años de luchas internas, la elección de Ximo Puig como secretario general del PSPV en el XII Congreso del partido celebrado en Alicante en 2012 y la positiva expectativa electoral pacificó las aguas. Una pax morellana que fructificó con la entrada en las instituciones valencianas tras las elecciones de mayo de 2015. Después de más de 20 años los partidos de izquierdas recuperaban la Generalitat y la gran mayoría de capitales valencianas. En el caso de Castelló, se hacían con el gobierno en la capital y en los ocho municipios más poblados. Junto a otros partidos de izquierda, los socialistas gobiernan sobre el 80% de la población castellonense. Solo quedó por conquistar la Diputación de Castelló. Y en ello llegó Rajoy.

Se repitieron las elecciones y el partido socialista se fracturó por la mitad ante la expectativa de susto o muerte. Abstenerse ante Rajoy o terceras elecciones y posible mayoría absoluta del PP. Dilema entre la ética de las convicciones y la ética de la responsabilidad lo llamó el diputado en el Congreso por Castelló, Artemi Rallo.

El debate convulsionó a la formación socialista y la agitación continuó durante la dimisión de Pedro Sánchez, la abstención en el Congreso y el proceso de primaria en el que Sánchez recuperó la secretaría general.

Tras ello, el partido a nivel autonómico ha intentado coser las heridas, ya en el congreso de país o en las actuales elecciones para las secretarías provinciales, pero en Castelló no se ha conseguido y la dinámica de enfrentamiento vista en las primarias continua abierta a día de hoy y amenaza la estabilidad de cara a las elecciones autonómicas y locales de 2019 si los socialistas no son capaces de cerrar bien el proceso.

La cuestión radica en que con el acceso a las instituciones y con el proceso a nivel estatal han surgido diversos centros de poder en la provincia de Castelló con presencia más o menos destacada de todas las corrientes.

A priori, las opciones parecen más polarizadas que nunca, un extremo de las elecciones primarias que critica, por ejemplo, una de los pre-candidatos como es el portavoz en la Diputación de Castelló y alcalde de Vila-real, José Benlloch, quien en una entrevista con Levante de Castelló apuntó que la elección de un líder y no de un equipo provoca que todas las corrientes marquen su posición y presenten su candidato y dificultando la integración.

En este caso, Benlloch representa al sector que apoyo a Susana Díaz y que incorpora algunas premisas antes reservadas a partidos conservadores, aunque asegura sentirse corresponsable de las políticas del Consell y asume el liderazgo de Ximo Puig. Además, desde la portavocía de la diputación aspira a enfocar esta institución como una «asamblea de alcaldes». Entre los que muestran su apoyo a Benlloch se encuentran algunos diputados provinciales y autonómicos.

No obstante el foco de poder con más relevancia se envuelve en torno al Consell y su delegación en Castelló, ubicada en la casa dels Caragols. Se trata del sector denominado oficialista y que entronca de manera directa con el liderazgo de Ximo Puig. De hecho, esta corriente, a la que se han sumado los 'jóvenes alcaldes' mostró su disposición a construir una candidatura alternativa a la de Benlloch y que finalmente terminó encabezando el jefe de Gabinete de la conselleria de Vivienda, Infraestructuras y Vertebración del Territorio, Ernest Blanch.

Esta candidatura despierta mucha simpatías en entre las diversas corrientes y podría acoger a alguno de los pre-candidatos de cara a una segunda vuelta si ninguna opción supera el 50%. Incluso desde Militantes en Pie se argumentó que se podrían incorporar a este proyecto, pero si no estuviera encabezado por Blanch, cuya animadversión con Pep Lluís Grau es notoria.

A este respecto, esta plataforma estará representada por el propio ex senador, que se hace acreedor del aval del secretario general Pedro Sánchez dado que en el manifiesto presentado este viernes se erige como representante del «nuevo PSOE surgido del 39º Congreso». No obstante, llama la atención que precisamente Grau perdiera su escaño en el Senado en las segundas elecciones generales al negarle Pedro Sánchez a Ximo Puig la creación de una Entesa con los partidos de la izquierda para unificar las candidaturas en la Cámara Alta.

Por último, todavía es una incógnita el papel que puede representar el segundo teniente de alcalde de Onda, Ángel Badenas, en este proceso electoral.