La presencia de vehículos aparcados en las calles de Castelló con una pegatina en el cristal anunciando su próxima retirada por parte de la grúa es algo que aparece cada mes en todos los barrios de la capital de la Plana. Pese a ello, sigue siendo el menor de los problemas para la retirada de coches de la vía pública por parte del Ayuntamiento de Castelló.

Los datos que maneja el consistorio recogen, según la estadística del pasado año, que se tuvieron que retirar de las calles de la ciudad un total de 4.779 vehículos, una cifra realmente elevada, pero de la que destacan sobre todo, aunque no se han dado las números concretos, los que retira la grúa por mal aparcamiento o por tener que trasladarse de lugar a consecuencia de un acto público o de unas obras.

El consistorio tiene especial interés en retirar de las calles los coches que suponen un obstáculo en la circulación, que aparcan de manera irregular en las zonas de carga y descarga o vados y, sobre todo, los que no respetan las señales y lasa aceras rebajadas para que transiten las personas con movilidad reducida.

La estadística de este año apunta a que se pueden superar los datos de 2016. Así, según señalan fuentes municipales, de enero a junio de 2017 ya se han retirado 3.348 vehículos, que son solo 1.400 menos que los recogidos durante los 12 meses del pasado año.

Uno de los aspectos llamativos es el de los coches que abandonan sus dueños aparcados en plena vía pública. La Policía Local, una vez ha identificado que un coche lleva semanas sin moverse del mismo lugar, procede a colocar una pegatina en la ventana, donde se da un plazo para que el dueño retire el coche o será trasladado por la grúa al depósito municipal.

El porcentaje es muy pequeño ya que, por ejemplo, de los 4.779 vehículos retirados en 2016, solo 56 fueron considerados residuos sólidos urbanos, esto eso, chatarra, trámite que tiene que ejecutar el ayuntamiento. En los primeros seis meses de 2017 son ya 45 los coches considerados, literalmente, basura. Este proceso tiene que asumirlo directamente el consistorio, aunque en la práctica no supone ningún coste e incluso genera beneficios. Los datos que aportan desde el ayuntamiento reflejan que el consistorio, por el papeleo de llevar el coche abandonado al desguace, paga de 11 a 21 euros, pero del chatarrero cobra 138 euros si es un ciclomotor o bicicleta, 233 euros si es un turismo y hasta 372 euros si estamos ante un vehículos de más de 3,5 toneladas.