Para atajar un problema primero se tiene que saber qué problema es. Y en el CD Castellón todos los problemas que aparenta tener el equipo convergen en uno. El portero titular, Alejandro Zagalá, empieza a transmitir inseguridad en algunos encuentros, la defensa ofrece poca seguridad y falla en los momentos decisivos de los partidos; el centro del campo carece de una pieza clave que lidere el equipo y se asocie con el resto de jugadores y delante no se está viendo el potencial que se le ha vendido al aficionado.

Estas son algunas reflexiones que se escucharon tras el partido del pasado domingo ante el Levante B después de ver cómo el plantel albinegro dejaba escapar el empate sin goles en el tiempo de descuendo. Y a ello hay que añadir otras muchas voces que señalan al vestuario y a su entrenador como uno de los principales problemas del equipo, a pesar de contar con uno de los entrenadores de más caché, prestigio y fama en la Tercera Valenciana.

Lo único claro es que casi nadie sabe a lo que juega este Castellón plagado de grandes futbolistas y mimado por 10.000 abonados. Y eso, para un club que aspira a ser campeón de grupo y pelear por el ascenso a Segunda División B es más que un problema.

Tras perder contra el Atlético Levante (0-1) con un nuevo gol en el minuto 93, las cuentas de la lechera de Frank Castelló se ha descuadrado un poco más. En verano, el técnico de Bocairent dijo que quería ir a un ritmo de dos puntos por partido disputado. Según eso, ahora debería llevar 20 puntos y en realidad acumula 16. Aunque él mismo dijo que esto no ha hecho más que comenzar, lo cierto es que ya se ha consumido un cuarto de Liga y el equipo de la capital de la Plana no experimenta una mejoría progresiva, estando a tres puntos de los puestos de promoción de ascenso y a ocho del actual líder, precisamente el filial del Levante, que tiene un total de 24 puntos.

El entrenador del Castellón, en un claro gesto de desesperación, llegó a decir el domingo después del partido perdido contra el filial granota que «tenemos mucho fondo de armario, el problema es que está en la grada». No se sabe si por decisión técnica o por lesiones, pero si de esto último se trata cabe destacar que se quedaron dos laterales, un central y un mediapunta. En el banquillo tenía a Javi Zarzo, que ni salió al terreno de juego, y a Rubén Fonte le dio entrada en el minuto 88, entendiéndose que para ganar.

Pero no fue así y la afición salió descontenta de Castalia el domingo, llegando incluso a pitar en algunos momentos el juego del equipo. Y eso que el segundo tiempo fue bastante aceptable comparado con el primero. Pero, por tercera vez esta temporada, el rival cazó al Castellón en el descuento. Primero fue Pablo Roldán (Almazora) en Castalia, luego Murci (Eldense) en el Pepico Amat; y el domingo El Hacen (Atlético Levante) también en el fedo albinegro.