Onda vivió ayer el primer encierro de toros cerriles de la Fira. Lo hizo con el ganado de Valdefresno, que protagonizó una carrera limpia y rápida? hasta llegar al Raval, donde uno de los astados se negaba a entrar a los toriles.

La entrada empezó a las doce del mediodía entre un gran ambiente. Salió un toro menos de lo habitual, ya que de los seis previstos, uno se lesionó, según anunció la Junta de Festes el día anterior. Los cinco que quedaban, cumplieron.

Partieron enfilados desde la calle Castellón hacia la Safona. Uno de ellos se adelantó a la manada y barrió su izquierda, y al finalizar la calle, se giró hacia un 'cadafal' de su derecha, lo que provocó los primeros momentos de tensión.

El astado se quedó unos metros atrás, pero finalmente puedo alcanzar a la manada en la calle San Miguel, donde se realizaron las primeras grandes carreras del encierro, con algún toro en busca de corredores pero sin llegar a alcanzar su objetivo.

Así se llegó a la curva de la calle Virgen del Carmen, uno de los tramos más peligrosos, pero salvo un astado que la trazó por el exterior, la manada se mantuvo compuesta para enfilarse por la calle Ecce Homo, el lugar donde se concentran más corredores.

Tras llegar al Pla y al Raval, la mayoría de los astados se adentró en los toriles. Sin embargo, uno de ellos prefirió quedarse unos minutos en la plaza. Lo citaron, sacaron los mansos, y al final, prácticamente cuando quiso, entró junto a sus compañeros. En total, alrededor de cinco minutos.

Tras un paréntesis para devolver al recinto su forma habitual, se soltaron dos de los toros que corrieron el encierro, y por la tarde, otros de los astados de Valdefresno, al que se sumó un toro de El Ventorrillo, patrocinado por la Asociación Cultural Taurina Pañuelito Verde, al que siguieron las vacas de la ganadería El Mijares. Desde la última hora de la tarde y por la noche, estaban previstas distintas emboladas. En los toros de la tarde se registró una caída de un aficionado quien fue curado en enfermería por una erosión en el codo

Además de los toros, el programa también tuvo en consideración a los pequeños. Si por la mañana hubo un parque infantil Divertwin en la pista exterior del pabellón Víctor Cabedo, y que siguió por la tarde, en el interior del recinto, después de las 19.00 horas, empezó uno de los grandes atractivos para los niños, el concierto de Dàmaris Gelabert, que interpretó «Cançons per gaudir i aprendre», integrado en el XVI Festival de Teatro y Animación Infantil. Por su parte, en el teatro Mónaco acogió la obra L'arròs del dijous, de Albert Bellés, interpretada por Carme Juan y Lola Moltó y que contó con dos pases, mientras que la plaza de España acogió un festival de rumbas.

Para la jornada de hoy hay programado un pasacalle de la tercera Edad, un encierro infantil y un gran pasacalle de disfraces.