En el columpio en el que se mece el Villarreal, el conjunto amarillo dejó ayer una sensación agridulce. Salvó el equipo un empate en el Wanda Metropolitano, gracias a la cabeza salvadora de Carlos Bacca, pero también dejó la impresión de sólo haberse espabilado con el resultado en contra tras el tanto de Correa en el minuto 61, de haberse mecido durante el duelo al ritmo que le marcó el Atlético de Madrid. Cuarto duelo consecutivo en el que el equipo de Javi Calleja suma en Liga, tras tres victorias, y una igualada en un campo de relumbrón que permite olvidar el tropiezo copero frente a la Ponferradina. Los amarillos mantienen el puesto europeo en Liga, al menos hasta hoy. Pero también es cierto que, durante muchos minutos, se vistieron de rojiblanco y optaron por una estrategia más propia de un equipo de Diego Simeone.

Tras unos 20 minutos de tanteo, el Villarreal le ofreció el esférico al Atlético, como si esperara que los colchoneros no supieran qué hacer con él. Pero los locales encontraron en la banda derecha a Correa que le hizo la vida imposible, en el primer tiempo, a Jaume Costa. La presión ejercida por el argentino reculó al submarino hasta prácticamente encastillarlo en su área.

El delantero atlético ensayó, en el minuto 20, un disparo desde la frontal que atajó Barbosa. En la siguiente jugada, un pase al hueco de Correa, lo recogió Gameiro, pero el francés disparó demasiado alto.

Alejado de la imagen ofrecida en otras tardes ligueras, los de Simeone se habían quitado el corsé y apostaban descaradamente por el ataque. En una contra, en el minuto 29, la excesiva lentitud de Griezmann le encerró entre cuatro defensas. El rechace lo resolvió Saúl con un disparo lejano que terminó en córner.

Pero no fue hasta los últimos cinco minutos del primer acto que el duelo se desquició. Trigueros, en el 38, la había tenido con un disparo desde el pico del área. Bakambu lo desvió, pero Oblak estuvo atento para detener. Y dos después, un salvador Savic le rebañó el balón al congoleño cuando encaraba a Oblak. A partir de ahí, los amarillos tuvieron que apretar los dientes. En el 42, Griezmann remató en el área pequeña, pero Barbosa rechazó. Saúl, a bocajarro, remató, pero se encontró bajo palos a Víctor Ruiz que salvó. Un minuto después, un disparo forzado de Griezmann puso en peligro a los amarillos, que dieron las gracias a Barbosa cuando, ya en minuto 45, salvó el tanto de Godín que cabeceó un saque de esquina.

Revés y resurrección

La segunda mitad comenzó con la misma exuberancia ofensiva que el primer tiempo. El Atlético se mostraba más activo en la fase ofensiva, pero Rodri, con un disparo lejano, forzó a Oblak a intervenir en el minuto 56. Pero fue Correa, cinco después, quien recibió la recompensa por su buena actuación. Cerró el atacante un hermosa jugada iniciada por Filipe Luis, y prolongada por Griezmann. La culminó el argentino con un disparo que se coló entre el palo y Barbosa.

Pero el Villarreal espabiló con la entrada en el campo de Castillejo y Cheryshev. Además, entre que el equipo inyectó más energía y el Atlético dio un paso atrás, el gol no era una quimera. Además, Gameiro perdonó el 2-0 en el minuto 67, en un mano a mano, y dio aire a los amarillos. A la postre, esa falta de acierto de los rojiblancos les condenó, y le ofreció una posibilidad de resurrección a los de la Plana.

Mario avisó, en el minuto 71, con un disparo cruzado que se paseó por el área de Oblak. Pero fue la testa de Bacca la que rescató un punto para el Villarreal. Un saque de esquina de Castillejo lo peleó el colombiano entre Saúl y Godín. Se alzó más que el uruguayo para batir a Oblak y recuperar el equilibrio en el marcador.

Hasta el final, el Villarreal supo aguantar ante un Atlético a la desesperada. Feliz punto para el submarino en un duelo con luces y sombras.