Los alumnos del CEIP Jaime Sanz de Peñíscola fueron partícipes ayer por la mañana de la iniciativa llevada a cabo por el Grupo Tragsa -dependiente del Ministerio de Medio Ambiente- y la Fundación Ecomar. Los niños, acompañados por sus familias y los voluntarios de Castelló y València de ambas organizaciones, estuvieron trabajando en la limpieza de la costa y en la plantación de especies autóctonas en la zona dunar situada en Peñismar.

Más de 80 personas se pusieron manos a la obra para devolver la vegetación que se ha ido degradando con el paso de los años y la afluencia de personas. En total, los voluntarios lograron plantar un total de 2.000 ejemplares donados por Tragsa. A cada uno de los participantes se le entregó una pala y una regadera momentos antes de la actividad, cuando recibieron unas pequeñas indicaciones educativas a cargo de los miembros de Ecomar sobre lo importante que es el cuidado del medio marino.

En abril de 2008, fue Tragsa la institución pública encargada de crear este sistema dunar para proteger al municipio de los oleajes marinos. Ahora, «nueve años después hemos vuelto a Peñíscola para replantar las especies autóctonas encargadas de sostener la arena». Mediante esta acción, los voluntarios llevaron a cabo la regeneración con especies psamófilas como la espigadilla de mar, el alhelí de mar, el lastón, la algodonosa o el barrón.

Además, toda la zona dunar situada en Peñismar cuenta con amplios captadores de arena de mimbre y pasarelas de acceso a la playa desde el Paseo Marítimo para canalizar el flujo de personas y evitar su intrusión en el espacio regenerado.

Fundación sin ánimo de lucro

La campeona olímpica, Theresa Zabell, fundó esta organización solidaria hace dos décadas con el objetivo de concienciar a la ciudadanía sobre lo fundamental que resulta mantener limpia la costa. La regatista ganó dos medallas de oro en los juegos olímpicos de 1992 y 1996 y asegura que, a través de Ecomar, le devuelve a la sociedad el apoyo que obtuvo ella en las competiciones.