Dicen que la paciencia es la principal de las virtudes que una persona puede tener y de eso Rubén Fonte (Borriana, 1988) sabe bastante. Pese a las múltiples adversidades que le han tocado vivir, el delantero del CD Castellón nunca ha alzado la voz más de lo necesario. Todo lo contrario. Siempre ha aguardado pacientemente su oportunidad, convencido de que su trabajo algún día tendría recompensa. Ese premio llegó en el encuentro del pasado miércoles ante el Paiporta en el estadio Castalia en forma de titularidad en el once de Frank Castelló y con un gol que le pone en disposición de reivindicar su sitio en el equipo albinegro.

«Tres cuartos de hora antes del encuentro el míster dio la convocatoria y el once, y me lo tomé con normalidad. Uno siempre está preparado para cuando el entrenador lo llame y más en este equipo, en el que todos trabajamos muy bien. Hay plantilla de sobra y todos estamos preparados para rendir cuando nos toca», reconoce el delantero de Borriana.

La 2017-18 tampoco está siendo la temporada más regular para Rubén Fonte en el Castellón ya que, pese a ser uno de los primeros delanteros en renovar, la llegada al primer equipo de otros tres futbolistas de corte similar al le relegaron a un papel de actor secundario. Sin embargo, y lejos de hundirse, el futbolista de Borriana ha asumido su actual situación con una asombrosa madurez, quizás forjada por los contratiempos de las últimas campañas. Sobre todo de la pasada, cuando el técnico Manu Calleja lo anuló por completo, dejándole sin ningún tipo de oportunidad en el equipo.

«Yo trabajo cada día para ponérselo lo más difícil posible al entrenador. Entreno lo máximo para dar lo mejor de mí mismo en cada partido, si no es ayudando al equipo con goles, haciéndolo con otro tipo de trabajo para conseguir sumar los tres puntos. Y, si me ha tocado estar fuera, también he tratado de ayudar en lo que he podido», confiesa el futbolista.

Rubén Fonte demuestra con su actitud ser un jugador de esos que hacen equipo, de esos que cualquiera quiere tener como compañero en el vestuario, y que siempre muestra su mejor cara. Eso sí, ese saber estar no quita para que el delantero del Castellón anhele «un año de regularidad» y sueñe, como buen albinegro que es, con el ascenso a Segunda B. «Creo que todo futbolista necesita continuidad y yo no la he tenido en las últimas temporadas, pero no voy a dejar de intentarlo. Sé que por mi edad y otras circunstancias llegar a Segunda o Primera es casi imposible, pero me conformaría con subir al equipo a Segunda B porque los últimos años han sido muy duros y todos, tanto jugadores como afición, nos merecemos una recompensa de una vez por todas», concluye.