ejando al margen la derrota cobrada ante la Ponferradina en el primer partido de la eliminatoria de la Copa del Rey -espero que sirva de lección- este equipo nuestro me gusta. Porque ha recuperado buena parte de aquel juego armonioso y bello instaurado por el ingeniero chileno, porque el autor de la buena nueva es un entrenador de la casa, que antes fue jugador importante en el primer equipo de la casa y también porque el segundo de Calleja es un profesional asimismo de la casa. A sus 39 años de vida Calleja ha llegado para entrenar a un equipo que está en la élite española, lo ha hecho sin falsas modestias y tiene ante sí, probablemente, la mejor circunstancia profesional posible aunque en su fuero interno entendiera poco probable? todavía.

La de entrenador es una profesión complicada, así por lo que hace a los conocimientos propios, como a lo que tiene que ver con los profesionales a su cargo, generalmente futbolistas de notable alto, en ocasiones, no todas, poseedores de una egolatría de alto copete con lo que tiene de dificultad añadida. Un reto, tal vez inesperado, o no, con la ventaja de haber sido recibido por los aficionados con notable satisfacción, lo que, en principio, debió tener mucho que ver con la trayectoria de Calleja como jugador, pero también con unas declaraciones públicas a bote pronto de Bruno, avalando convencido su designación. Como el movimiento se demuestra andando, tenemos derecho a esperar que la solvencia de Calleja crezca todos los días, así en los partidos como en los entrenamientos, mientras dure la confianza entre ambas partes.

El jueves tocaba partido de Europa League y el rival, que jugaba en casa, había empatado en el Estadio de la Cerámica a dos, pero antes se había puesto por delante con dos goles de diferencia, de modo que bromas, las justas. El entrenador, Calleja, que había leído al rival en el partido jugado aquí decidió salir a dominar lo que podía esperarse de aquellos mocetones con más fuerza que pericia. Así que decidió defender y atacar con la bola en los pies de los suyos lo que consiguió durante toda la primera parte en la que marcó el primer gol, que fue asunto de Fornals y Bacca.

En la segunda mitad el Slavia de Praga pensó que puesto que daba igual perder por uno que por más salió a comerse el mundo y al rival y lo hizo con sus armas. Como los forasteros el jueves sabían que las jugadas a balón parado podían costarle algún disgusto se ocuparon de tapar cualquier cosa que lloviera del cielo puesto que ellos son más altos y más fuertes. En el entretanto, Fornals, que había sido de los mejores, la había tenido a huevos a dos metros de la línea de gol y sin portero, pero remató afinando tanto que la bola se fue fuera por milímetros. Y los eslavos que ya se suponían muertos, resucitaron como consecuencia del gol fallado y se lanzaron a por todo.

Al Vila-real le tocó sufrir y supo hacerlo, Barbosa sacó una mano que valió un potosí y ya al final llegó el segundo que iba para Sansone, solito, pero se le adelantó al remate el central morenito que, sin querer, la metió dentro birlándole un gol a Sansone que lo merecía y lo necesitaba. Cero a dos, pero sobre todo, excelente lectura, excelente puesta en escena, excelente también el juego de contención y excelente el resultado. A poco que la suerte ayude el Vila-real será primero de grupo, lo que puede ayudar. Hacía frío en Praga, el Slavia cumplía ciento veinticinco años y me temo que se le atragantó la celebración.

Vuelven ahora la Liga y la Copa y Calleja no renuncia a nada, el equipo sigue creciendo, en juego y en compromiso, con lo que la temporada se presenta. Y un apunte final: Samu Castillejo se ha lesionado para un mes de pausa y Roberto Soriano ha tomado nota, a juzgar por el excelente partido que ofreció el jueves. Hay equipo y plantilla para confiar, a salvo que la suerte acompañe. Como además, lesionados Asenjo y Fernández han fichado un portero de enormes prestaciones, de momento pintan oros.