Disfrutar del amanecer con el canto del gallo en el campo estando de vacaciones es una experiencia única e irrepetible, pero es una cuestión diferente cuando esta misma circunstancia se produce en la ciudad. Esto sucede actualmente en el entorno del parque de la Corona de Aragón de Castelló, en Primer Molí, donde la presencia de cuatro gallos genera un alud de quejas en el vecindario.

A las cinco de la mañana realizan el típico canto y despiertan antes de hora a los residentes de la zona. Estas molestias, según afirman desde los vecinos, se suceden desde verano. De momento, la Policía Local de Castelló, afirman, ha atrapado a varias gallinas pero no ha podido hacerse con los gallos. «Como no están las hembras ahora incluso cantan más», advierten las mismas fuentes. «Hay luz en las farolas y cantan de madrugada despertando a la gente», agregan.

Las aves al parecer, añaden, proceden de una vivienda «okupada» situada junto al río Seco. Campan a sus anchas por el jardín de la Corona de Aragón, la calle Rosa María Molás o en las inmediaciones del río Seco. Subrayan que en ocasiones cruzan por el paso de cebra de Rosa María Molás y obligan a detenerse a los vehículos que transitan por el lugar.

Afirman que los animales están asilvestrados y que vuelan como las palomas al no tener las alas recortadas. «Vuelan y duermen por ello en lo alto de un árbol», resaltan.

Su presencia es habitual desde hace al menos cinco meses pero han logrado escabullirse de los servicios municipales. Los vecinos alertan que próximo al parque se encuentra una clínica pediátrica y juegos infantiles y que las heces de los gallos pueden transmitir enfermedades. Reiteran que lesionan el derecho al descanso de los vecinos y que ponen en riesgo, además, la seguridad vial ya que no sólo se pasean por el parque sino que también se desplazan por las calles de los alrededores.

Fuentes municipales informan que la Policía Local, en colaboración con el Grup Au d'Ornitologia de Castelló, capturó el pasado domingo a tres aves, y aseguran que se volverá a actuar contra los animales que todavía permanecen libren. Ayer, tal como pudo comprobar este diario, seguían sueltos los cuatro gallos en un jardín junto al río Seco.

En semanas anteriores, la Policía Local de Castelló tuvo que cortar calles cercanas al parque por la repentina aparición de un grupo de gallinas y gallos, según viandantes que fueron testigos de tales hechos. La existencia de estas aves asilvestradas no es la única queja trasladada por los residentes. Desde hace tres años, los vecinos denuncian la existencia de mendicidad.