Peñíscola goza de un amplio y variado tejido asociativo que fomenta la participación de la ciudadanía en diversas actividades de ocio, solidarias, vecinales o culturales. Entre ellas encontramos una de las entidades más populares y consolidadas como es la Asociación Musical Virgen de Ermitana.

En 1985, el grupo de músicos que formaban la Banda Municipal constituyeron esta agrupación con el objetivo de actuar como nexo de unión entre todos aquellos vecinos y vecinas amantes de la música. Poco a poco la asociación fue creciendo hasta convertirse en «una gran familia», tal y como la define su presidente, Manuel Beltrán.Esta agrupación está presente en la gran mayoría de celebraciones culturales y religiosas que tienen lugar en la localidad. La Asociación Musical juega un papel fundamental en la tradición festiva, pues es la encargada de amenizar con sus notas acontecimientos como las actuaciones y desfiles del Grup de Danses, las procesiones de Semana Santa o los pasacalles tras las misas en Navidad o Pascua. Carlos Blasco, miembro de la Banda de Música desde 1995, expone que «la música crea un contexto social al que la gente se ha acostumbrado y, sin ella, se rompen los esquemas de las celebraciones».

«Peñíscola en festes»

Tal es el vínculo que comparte esta asociación con las tradiciones culturales que el director de la banda, Salva García, compuso un pasodoble llamado «Peñíscola en Festes» con motivo de su nombramiento como mantenedor de las fiestas en 2008. «Fue un gran honor para mí, y quería agradecer y devolver el cumplido a Peñíscola. Así que pensé que el componer un pasodoble basado en las dos danzas típicas de la población, «Roca del mar» y «Honra de Peñíscola», sería una buena y bonita idea. Además, quería que toda la banda participase y me acompañara en esa noche tan especial haciéndola también mantenedora del acto. Fue una noche muy especial y que siempre recordaré», declara García. Desde entonces, cada 7 de septiembre en la gala de proclamación que da inicio a los festejos, suena esta pieza musical. Según el presidente, «la música es como el cemento de las festividades peñiscolanas, parece que no esté nunca, pero su ausencia se nota». Manuel toca el trombón, lleva más de 30 años en la Banda de Música, es presidente desde 2012 y, para él, la presencia de la banda es sinónimo de fiesta destacada. Pero ellos se consideran mucho más que eso, pues no conciben sus actuaciones sin todo lo que ellas conllevan. La pertenencia a la Asociación Musical es, desde su punto de vista, un estilo de vida. Por su parte, el director Salva García, añade que «esta asociación es para mí mucho más que música, es disfrutar de la evolución personal y musical de los alumnos, es valorar el esfuerzo e ilusión de los familiares por conseguir que los suyos toquen en la banda, es ilusionarse con cada nuevo proyecto, luchar por mejorar día a día, y sobre todo, sembrar geniales relaciones personales y grandes amistades».

La Escuela de Música, la Banda Juvenil y la Banda de Música Ciudad de Peñíscola son los conjuntos que forman este organismo cultural. Se trata de tres distintos niveles de aprendizaje y evolución dentro de la asociación y, es por ello, por lo que las edades de los componentes son tan variadas. Beltrán explica que, normalmente, el alumno debe cursar los cinco cursos de la escuela y a partir del primer o segundo año, cuando la dirección considera oportuno, se accede al aprendizaje de un instrumento. «Una vez adquirido el nivel básico de ese instrumento, se pasa a formar parte de la Banda Juvenil y ahí se debe permanecer un mínimo de dos años, en los cuales se entra en contacto con la materia de Dirección, se aprende a tocar con otras personas, etc. Cuando el músico ha adquirido el nivel aceptable, ya está preparado para entrar en la banda. No existe edad mínima para entrar, sino que se trata de la evolución personal del músico.