El acto institucional del día de la Subdelegación de Defensa en Castelló se convirtió en la enésima manifestación pública de unidad de España frente a la «sinrazón y el enfrentamiento», en alusión al conflicto de Cataluña. El subdelegado militar, el coronel Javier Ferrer, dedicó una parte de su discurso a lo que calificó como disputas «absurdas» que, además, «nos desunen y forjan un sociedad de recelos, donde se instala el odio, que tan difícil se nos hará desarraigar», subrayó.

Ferrer, acompañado por el delegado de Defensa en la Comunitat Valenciana, el coronel Rafael Morenza, apeló a la «cordura» para superar los desafíos independentistas y revindicó la necesidad de honrar y respetar «a nuestros antecesores. Pensar más en lo que les ha costado forjar esta gran nación que se llama España y dejar de pensar en pequeño, en lo personal y en mediocridades». En este contexto, insistió en la unión, «sea cuales sean nuestras ideologías, y aunar esfuerzos para aumentar el fabuloso legado que hemos heredado».

Las referencias al desafío soberanista de Cataluña concluyeron con una frase que resume el mensaje que el subdelegado transmitió a los presentes en la avenida del Mar: «Juntos somos fuertes, por separado cualquiera nos puede derrotar».

El acto institucional, que se desarrolló sin incidentes durante tres cuartos de hora, siguió el guión de años anteriores. Primero entrega de distinciones, después homenaje a los caídos y, como cierre, alegato del subdelegado.

Si bien es cierto que hubo momentos de emoción, quizás el más simbólico llegó en la parte final, cuando la colla de Dolçainers i tabalaters Xaloc interpretó los acordes de la 'Muerte no es el final' para recordar a los fallecidos en combate y que sirvió como colofón.

Los protagonistas

No obstante, con anterioridad, el protagonismo recayó en los condecorados y premiados. Así, cada uno de ellos fue desfilando para recoger su distinción: Vicente Agustí Grifo recibió el título de reservista honorífico; Alejandro Domínguez, Vicente Javier López, Enrique Martinavarro, Vicente Nebot, Manuel Redondo, Manel Selvi y Salvador Soto, el galardón de reservista voluntario honorífico. Miguel Ángel Fernández también recogió una mención específica por los servicios prestados a la Subdelegación de Defensa.

El premio a la colaboración con la citada institución fue para el Aula Militar Bermúdez de Castro, siendo Ricardo Pardo el responsable de recibir la distinción. Seguidamente se entregaron las hojas de servicios al personal que en el último año ha pasado a la situación de retiro: Manuel Salvador, Manuel Rodríguez, Enrique Ripollés, José Baguena, Vicente Martínez, Francisco Poyato, Vicente Javier Juan, Joaquín Garzás, Sebastián Pérez, José Vázquez y Manuel Calderón.

Antes de proceder a la entrega de obsequios por el concurso de tiro, Ignacio Molpeceres recibió la placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Inmediatamente después, los mejores del tercer certamen Tirada Cívico-Militar Subdelegación de Defensa recogieron sus menciones: el primer premio, para el equipo de la Guardia Civil; el segundo, para el equipo 1 del Club San Huberto; y el tercero, para la representación del Bón. Cimic. En la modalidad individual, Vicente Martínez, Juan Pedro García y Ernesto Barelles igualmente tuvieron recompensa como primero, segundo y tercer clasificados, respectivamente.