Cerca de 40 familias de la ciudad de Castelló se ofrecieron, el mes de noviembre de 1992, a acoger temporalmente en sus hogares a menores y unidades familiares «de la república de Bosnia-Herzegovina, de la extinta Yugoslavia, así como de otras repúblicas directamente implicadas en la guerra de los Balcanes, de cara a facilitarles su supervivencia en el próximo invierno y alejarlos de la contienda civil», según explicó a Levante de Castelló el entonces concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Castelló, Víctor Campos.

La intención que perseguía el Ayuntamiento de Castelló, según las decxlaraciones realizadas por Víctor Campos, era «primar el traslado de grupos familiares compuestos por niños, madres y abuelos, o bien grupos de menores, siempre acompañados por un monitor, puesto a cargo de las arcas municipales, de cara a evitar traslados de niños solos dado que a su vuelta a Bosnia puede ser muy difícil encontrar a sus familiares, debido al desarrollo de la contienda bélica».