El Almazora se hunde en la clasificación un poco más, después de perder con claridad ayer en su feudo contra el Alzira. Los jugadores todavía dirigidos por Nahum Mingol caen hasta la penúltima posición de la tabla, después de haber sumado sólo 10 puntos en quince encuentros. Los blanquinegros todavía ven cerca la salvación, pero su pésima dinámica de resultados impide confiar en una pronta mejoría del conjunto de la Plana Baixa.

Y es que, sobre el terreno de juego, sigue agravándose la mala racha de resultados del Almazora. Ayer, ante el Alzira, tras aguantar bien y tener opciones en la primera parte, el conjunto del José Manuel Pesudo vio cómo volaban tres puntos más tras encajar tres goles en el segundo tiempo ante un Alzira que, sin hacer nada especialmente destacable, fue más efectivo y ambicioso. Sólo con eso pudo llevarse los tres puntos y comenzar a enderezar la errática trayectoria que, hasta ahora, ha llevado en Liga el experimentado conjunto de la Safor.

Durante el primer acto, ambos equipos se tantearon y probaron los ataques. Además, también lo intentaron a balón parado. Por parte del Almazora, el equipo daba la impresión de estar mejor asentado sobre el campo en otros partidos. Los jugadores locales se mostraron peleones durante los primeros 45 minutos, e incluso Lorite, en el minuto 44, gozó de una gran ocasión a balón parado en el saque de una falta. El portero visitante Dolz mandó con apuros a saque de esquina.

Por su parte, en este periodo, el Alzira tuvo sus opciones. En el minuto 4, Francesc obligó a emplearse a fondo a Emeka que envió su remate a córner con apuros y en el 39 un remate de cabeza de Cristian pudo haber abierto el marcador.

Pero, en el arranque de la segunda parte, el trabajo del Almazora se fue al traste. Francesc, entre el minuto 49 y el 54, firmó un doblete que prácticamente sentenciaba la contienda. El Almazora, pese a todo, no bajó los brazos pero cuando parecía que podía haber acortado distancias llegó el mazazo definitivo con el gol de Cristian a cuatro minutos para el final. No obstante, los discípulos de Nahum Mingol tuvieron alguna oportunidad más que en otros partidos y pudieron haber maquillado con un tanto la derrota, pero el marcador ya no se movería.