Castelló está inmersa en el proyecto «Patios coeducativos» con el que se quiere acabar con el sexismo en los patios de recreo de las escuelas. Sandra Molines Borrás, profesora de Florida Universitaria (València), está actuando como asesora, después de haber abordado esta cuestión en su tesis doctoral. Ayer visitó el CEIP Juan G. Ripollés para empezar el plan coeducativo de este centro.

¿En qué consiste esta experiencia?

Primero, el profesorado recibe formación sobre qué es la coeducación, el género y el vocabulario fundamental. A partir de ahí hacemos un diagnóstico del sexismo en el patio para acabar diseñando un plan coeducativo del centro. Este plan es un documento donde se recogen todas las medidas que, a partir de la intervención, el profesorado decide emprender para hace coeducación de manera transversal, y haciendo especial incidencia en los patios.

¿Qué áreas se trabajan además de la actividad en el patio?

Se hace intervención dentro y fuera del aula, se hace una revisión del lenguaje y materiales, intervención con las familias y, como novedad, este año se ha incluido el acompañamiento a la diversidad afectivo sexual y de género. En las escuelas se da lo que llamamos androcentrismo: una escuela que da respuesta a un patrón determinado de alumnado, que es un niño. Hablamos en masculino, los libros de texto tienen más referencias masculinas exitosas que femeninas, te vas a un aula de música y está empapelada de músicos importantes hombres, los patios dan respuesta a los gustos preferentemente de los niños... Lo que se pretende es acabar con el androcentrismo.

¿Cuál es el diagnóstico en el caso de los patios de las escuelas de Castelló?

El cole estándar es un cole donde predomina el asfalto, la pista deportiva y la verja. Desde fuera tiene casi la misma estructura que una cárcel. El juego está segregado, los niños juegan con los niños y las niñas juegan con las niñas, y los niños ocupan la mayor parte del espacio. ¿Por qué? Porque los patios, normalmente, están dando prevalencia a las pistas deportivas y el futbol. Y la socialización de los niños en el futbol es mayor que en las niñas. Observamos que la foto del patio es injusta, tanto en la tipología de juegos, porque no juegan conjuntamente y hay un empobrecimiento de la convivencia, como en el uso de los espacios, los niños están utilizando la mayor parte de los espacios en el patio.

¿Ya se han aplicado algunas de estas medidas?

En todos los centros se están aplicando medidas, aunque también hay a largo plazo. En el CEIP Juan G. Ripollés, por ejemplo, aunque aún no hemos diseñado el plan, ya vamos a hacer algo experimental. El miércoles se va a prohibir el futbol y se va a decir al alumnado que traigan juegos de casa para ver si cambia la estructura del juego y conseguimos que niños y niñas jueguen conjuntamente.

¿Qué opina el profesorado?

El profesorado es consciente de que el fútbol impacta y es la variante determinante de lo que pasa en el patio en la marca de género.

¿Y el alumnado?

A través de unas encuestas hemos extraído que el alumnado prefiere jugar con amistades de su mismo sexo, que hay una parte importante que no le gusta el fútbol y que demuestra interés por otros juegos y que una de las principales fuentes de conflicto la causa el fútbol.