Adolfo Sánchez Morón, que en el año 1992 era gobernador civil de Castelló, no tenía muy claro la operatividad de la policía de barrio que iba a poner en marcha en Ayuntamiento de Castelló durante la campaña navideña de aquel lejano 1992 porque, según declaró a Levante de Castelló, «no nos parece una fórmula adecuada», dijo.

Sánchez Morón destacó que el Gobierno Civil de Castelló no se planteaba, por su parte, desplegar una policía de barrio a cargo del Cuerpo Nacional de Policía, aunque no objetó ningún recelo a que el gobierno municipal de la capital de La Plana si lo fuera a hacer: «El Ayuntamiento de Castelló es libre de organizar los servicios de su policía como estime oportuno. Solo confío en que sea una solución acertada y que redunde en una mejora de la seguridad», explicó en una información publicada por este periódico el 20 de noviembre de hace un cuarto de siglo.

Por su parte, Carlos Fabra, que en 1992 ostentaba el cargo de concejal de Seguridad Ciudadana, anunció que la policía de barrio tendría, sobre todo, un carácter preventivo y funcionará de 8 a 20 horas. Además, lo iba a hacer en los seis distritos en los que estaba distribuidos la ciudad hace 25 años. En la actualidad tiene 9 distritos.

Y, por su parte, el alcalde de Castelló José Luis Gimeno, aseguró que la policía de barrio «no debe entenderse como una policía judicial o científica, sino como una policía administrativa que persigue mejorar la convivencia y la calidad del barrio, y que evite que los perros defequen en las calles, por ejemplo».

Una policía de cercanía, en definitiva.