La Generalitat Valenciana ha encargado a la Universitat de València un estudio sobre el impacto económico de los festejos taurinos. Los sectores implicados en los «bous al carrer» subrayan su importancia para el tejido productivo de la provincia de Castelló, pero falta un informe que detalle las cifras. Pero como muestra de su impacto en Castelló,más de la mitad de las 90 ganaderías taurinas existentes en la Comunitat Valenciana se encuentran en la provincia, según destacó ayer Germán Vidal, uno de los principales ganaderos, que en la jornada organizada por el Consell realizó una ponencia sobre el «toro bravo: principal actor de los bous al carrer».
En declaraciones a este diario, destacó que en los últimos años ha crecido la cifra de festejos pero apuntó que al mismo tiempo se mantiene los precios de hace 20 años.Esta circunstancia obliga al ganadero a participar en más festejos para lograr una rentabilidad.
Por otra parte, Vidal negó la existencia de maltrato animal, tal como afirman los grupos animalistas. Afirmó que las condiciones del animal han mejorado de forma notable en 20 años y resaltó que ahora se organizan sobre todo exhibiciones de toros. Sostuvo que el animal puede sufrir «estrés» pero eso no significa, adujo, «maltrato». «Si se prohibiera la fiesta la raza del toro bravo desaparecería», reiteró el ganadero de Cabanes.
Respecto al nuevo reglamento autonómico de festejos taurinos, Vidal consideró que la incorporación del veterinario puede ser positiva para «respaldar» la fiesta, pero sugirió que se aplique de forma «suave» para evitar un excesivo incremento de los costes económicos.
El veterinario será habilitado por la Conselleria de Agricultura. Entre otras funciones, podrá otorgar la vía del transporte al toro para sustituir reses inhabilitadas cuando la oficina comarcal de la Conselleria de Agricultura esté cerrada. La nueva normativa permitirá una autorización provisional del director del festejo para reemplazar un astado dañado a fin de que esta actuación se pueda llevar a cabo en festivos.
