La Sección Segunda de la Audiencia de Castelló ha revocado una sentencia del Juzgado de lo Penal número 4 de Castelló y, en consecuencia, absuelve de cinco robos a una persona que había sido condenada a 27 años de prisión en virtud de una sentencia del 9 agosto de 2017 que le imputaba la comisión de seis atracos en la localidad de Onda durante la segunda mitad del año 2016.

En su auto, la audiencia corrige en la práctica totalidad la sentencia y concluye que ni las víctimas pudieron identificar correctamente al acusado, ni el modus operandi de los robos era el mismo como para concluir que fueran cometidos por la misma persona.

Al mismo tiempo, critica la actuación de los agentes de la Guardia Civil que practicaron los reconocimientos fotográficos. El auto asegura que «debe prescindirse de los reconocimientos fotográficos realizados por la Guardia Civil», ya que «no solo fueron improcedentes (...), sino que (...) se realizaron de forma inadmisiblemente sugestiva». A lo que añade que las fotografías «no tuvieron más virtualidad que la de probablemente viciar las ulteriores ruedas de reconocimiento».

En este sentido, las víctimas de los robos, establecimientos comerciales y una farmacia de Onda que sufrieron seis atracos entre junio y diciembre de 2016, aseguraron que el atracador se cubría la cara con una braga o bufanda tubular negra y la única persona que aparecía en las fotografías con una bufanda negra era el ahora absuelto de cinco de los robos.

Así mismo, durante la instrucción y en la vista oral, las testigos no pudieron identificar con total claridad al acusado e incluso algunas de ellas entraron en contradicciones respecto a la estatura, la constitución, el color de los ojos o al proceder en cada uno de los asaltos. Más allá, en algunos de los robos, el asaltante conminaba a las víctimas a encerrarse en el baño del local comercial mientras preparaba su huida, hecho que no sucedió en el último de los asaltos.

En cuanto a las identificaciones, el auto conocido este lunes asegura en relación a dos robos cometidos en el mismo establecimiento que «existen divergencias insalvables entre la descripción que hizo la denunciante de algunos rasgos físicos del autor de los hechos y los rasgos físicos del acusado». A este respecto, las testigos no coincidieron ni en el arma empleada ni en la descripción.

No obstante, el acusado, que cuenta con antecedentes por robos con violencia, sí que reconoció uno de los robos. En virtud de ello, ha sido condenado a tres años de prisión por un delito de robo intentado.

Cabe apuntar que la Guardia Civil de Onda activó de cara a las celebraciones navideñas de 2016 un dispositivo de seguridad por la mayor afluencia a los comercios y por la oleada de robos que sufría la población desde el verano.

En este sentido, fruto del dispositivo, uno de los agentes detuvo in fraganti al acusado la tarde del 23 de diciembre de 2016 tras cometer un robo en uno de los establecimientos con un botín frustrado de 101 euros. El agente observó un movimiento extraño y esperó a que saliera del local para detenerle y devolver el botín a la legítima propietaria.

El acusado reconoció este robo en el juicio y aseguró que lo hizo debido a que había escuchado decir a diversas personas que se reunían debajo de su casa que «era fácil» robar en este establecimiento porque la propietaria «daba el dinero sin problemas». En cuanto a las motivaciones, aseguró que cometió el robo para cubrir una serie de deudas contraídas en la compraventa al menudeo de drogas.