El TAU Castelló logró uno de los triunfos más cómodos que se le recuerdan en LEB Oro tras doblegar claramente a un histórico del baloncesto español como es el Rio Ourense Termal. El partido sirvió para corroborar el buen momento de los de La Plana, que fueron los claros dominadores en todas las facetas del juego en un choque que ya parecía claramente sentenciado a mitad del tercer cuarto.

El choque dio comienzo con la fórmula que dio buen resultado en el último partido en casa, con Sabonis haciendo de cuatro. En cuanto los locales pudieron hacer algunas de sus típicas transiciones rápidas, se produjo la primera brecha importante en el marcador (19-12, min. 8), que se tradujo en el primer tiempo muerto visitante. Tras la pausa, los gallegos afinaron la puntería y redujeron distancias, llegándose así al término del primer cuarto con 23-20.

En el siguiente periodo, los de La Plana volvieron a despegar. En esta ocasión los puntos llegaron principalmente desde cerca del aro gracias a un inspirado Jason Cain, que se ganó a la afición en su debut en el Ciutat. En el baloncesto ocurre como en las mantas de sofá: si te tapas los pies, te hielas el pecho y viceversa; y así le ocurrió a los orensanos. Se taparon los pies, pero el perímetro local les dejó cerca de la hipotermia (49-33 al descanso). Los principales ejecutores fueron dos hombres que temporada tras temporada siempre cumplen: Chema García y Joan Faner, que con su velocidad y penetraciones desquiciaron a su rival.

Se llegaba al tercer cuarto y era el momento de intentar dar la estocada definitiva... y no tardó en llegar. En más o menos unos cinco minutos los de Toni Ten ya estaban por encima de los 20 puntos (58-37). Si Cain se ganó al público en su primera aparición en pista, en la segunda no fue menos. Fue de nuevo una pesadilla para el Rio Ourense Termal y levantó a la afición de sus asientos con una sensacional jugada: primero en defensa hizo un tapón antológico, corrió hacia campo ofensivo y remató la jugada con un espectacular mate. A los gallegos no les salía nada, cambiaban a defensa en zona, presionaban a toda la pista... pero nada. El partido estaba sentenciado.