A veces, algunos peldaños parecen montañas. Le estaba costando al Castellón dar uno de esos pasos fundamentales que diferencian a los buenos equipos de los mejores. Anoche, en el debut de Sergi Escobar en el banquillo de Castalia, el Castellón dio ese pequeño gran salto que tanto necesitaba. Le urgía de tal manera ganar por fin a un rival de la zona alta que en el recuerdo se difuminan carencias y merecimientos. El olfato goleador de Rubén Fonte cazó una presa mayor en el minuto 83. El delantero albinegro embocó a la red la pelota que había escupido la madera, tras un centro de Luismi Ruiz. El gol sirve para afianzar a Escobar en el banquillo, con diez puntos de doce posibles, y al Castellón en la zona de promoción, a seis del líder y empatado con La Nucía, su rival anoche, en la tercera posición de la tabla

Cubillas contra el Novelda, Nico contra el Recambios y Fonte ayer en Castalia contra La Nucía. Los delanteros están dando las victorias a Escobar, ayer en un partido de múltiples texturas. El juego fue mutando por distintas fases y en todas el Castellón se las apañó para ser competitivo. Sostenido por la pareja Rubio-Marenyà en la medular, los albinegros ganaron el pulso por la pelota. A partir de ahí fueron hilando más grueso que fino. La actividad de William, que remató al poste en el minuto 10, fue el termómetro de la agitación en la primera parte, ya fuera en transición o en maniobra mascada. Con el paso del tiempo, el partido acentuó la querencia por el centro. La última jugada del primer tiempo ejerció de síntoma. Cubillas remató en posición franca una rosca de Serra y la pelota tropezó en un central, pero la acción dejó una conclusión inapelable: el Castellón dañó a menudo en el juego aéreo. Se esforzó por exprimir esa mina.

La pugna

La Nucía se adaptó a lo que había. Intentó gobernar el medio de entrada, pero perdió esa batalla y se centró en la guerra de guerrillas. La velocidad de Salero castigó un par de errores de la zaga local en la salida. El meta Zagalá tapó atento un disparo a la corta de Piquero, en la acción de mayor peligro.

Tras el descanso el Castellón enterró cierta actitud contemplativa y fue de veras a por el partido. En cinco minutos, del 53 al 58, tuvo tres oportunidades muy claras. La primera en una falta lateral embarullada: Cubillas hizo mano en el salto, a Arturo le sacaron dos remates a quemarropa y se reclamó penalti por otra mano, ahora de un defensa. En el 57, a Cubillas le sacaron otro gol bajo palos, en un córner, y en el 58 otra vez Cubillas, en plan boya, plantó a Serra frente al meta Marcano. El disparo cruzado de Serra se marchó fuera, y entre medias hubo susto también en la otra área. El árbitro, seguramente con cargo de conciencia, obvió un derribo de Luismi al omnipresente Salero.

Extraviado ese tramo de excitación, La Nucía llevó el partido donde le convenía. Se jugó menos tiempo y se jugó más lejos de su portería. En el 61 Zagalá enmendó al tapar un tiro de Jandro un error grosero con los pies. Escobar movió el banquillo: Javi Zarzo continuó la labor de William entre líneas hasta que Rubén Fonte dobló la delantera. Fonte hizo lo suyo, que es ser muy Fonte, vivir para el gol con ansia. El primer balón que tocó bien fue gol, y no un gol cualquiera. El 1-0: recogió la pelota suelta, listo con la caña, y Castalia gritó victoria con fuerza.