Una decena de bodegas de Castelló constituyeron en 2003 la Indicación Geográfica Protegida (IGP) con la idea de reactivar un sector que había sido abandonado en el siglo XX. En 14 años han conseguido alcanzar una producción de un millón de kilos y 800.000 botellas. Ahora persigue la declaración de denominación de origen (DO) y pretende impulsar rutas enoturistas en las bodegas de la provincia a fin de propiciar el despegue definitivo del sector vitivinícola de Castelló, según informó ayer la IGP.

El presidente de la asociación, Ismael Sanjuán, subraya que la denominación de origen tiene una importante valoración social e incrementaría la promoción de la marca de los vinos de Castelló. Apunta que las medidas que comporta son similares a las de la IGP pero resalta que esta última medida no es conocida por el público en general.

Según reitera la organización, «para los viticultores de Castelló resulta fundamental superar la IGP (nos pasamos la vida explicando que es eso) y conseguir la DO, por la valoración positiva para el consumidor; esta figura tiene más repercusión y genera más confianza». Las bodegas de Castelló, indica, reclaman a la Generalitat «que ayude pidiendo al Gobierno y a Bruselas toda la celeridad» posible. La IGP aguarda una respuesta de la Comisión Europea sobre una petición de ampliación de municipios en la IGP. Confia en lograr la DO en dos años.

Sanjuán apunta que la IGP solicita la denominación de origen calificada, que se distingue de la protegida, explica, en que toda la producción se ha de vender embotellada y sin granel. Este aspecto ya lo cumplen, remarca, los productores de Castelló.

El segundo camino en el que trabajan los vinos de Castelló es en la creación de rutas enoturistas. Al respecto, la IGP avanza que la Agencia Valenciana de Turismo trabaja en el impulso de un «producto turístico diferenciado y segmentado en el proyecto denominado «creaturisme». Consiste, añade, en la promoción de paquetes predefinidos a los posibles usuarios de los itinerarios enoturistas con alojamientos, actividades complementarias y servicios. «El principal objetivo de esta nueva línea de trabajo es adaptar la oferta turística a los retos del mercado, ampliar el catálogo de experiencias que ofrecemos a los distintos segmentos de la demanda, contribuir a la desestacionalización, el desarrollo territorial y generar oportunidades de empleo y sostenibilidad turística», subrayan desde la IGP».

Los vinos de Castelló afrontan estos retos tras posicionar sus caldos en la Comunitat Valenciana apostando por la calidad. Con la DO aspiran a aumentar sus ventas en España y en el extranjero.