Cayó a un barranco de unos cinco metros de profundidad en la Vall d'Uixó y, ante la dificultad de su rescate, los bomberos pasaron con él toda la noche, hasta poder sacarle de allí por la mañana con un helicóptero. Toda una experiencia difícil de olvidar para Rafael Cuenca, un colombaire de Quartell, que aún se recupera de un accidente que pudo acabar en tragedia.

«Tras caer y ver que no podía moverme, envié mi localización a los compañeros que pudieron localizarme fácilmente con el transmisor de los palomos. No obstante las tres horas que tardaron en acceder los servicios de rescate lo pasé mal; tenía mucho dolor en la pierna, la espalda y las costillas. No podía moverme; me mareaba. Sabía que solo no iba a poder salir de ese barranco y que la noche tendría que pasarla allí» , afirmaba Rafael Cuenca en declaraciones a Levante-EMV.

El hombre admitía que, con la llegada de los bomberos, «la situación mejoró» al verse acompañado y atendido. «Solo tengo palabras de agradecimiento para todos cuantos han estado a mi lado y debo reconocérselo; está claro que ellos hicieron su trabajo pero tanto la calidad humana como la entrega con que lo hicieron, no tiene compensación alguna», comentaba. «En este país mientras algún político cobre más que los bomberos, los sanitarios o cuantos se dedican a garantizar los derechos de los ciudadanos, vamos mal. Yo sólo puedo expresar mi admiración, agradecimiento y reconocimiento a todos cuantos velaron por mí. Desde los bomberos que pasaron toda la noche junto a mí, el médico que me reconoció a la una de la madrugada así como todos y cada uno de los que me han asistido luego en el Hospital de Sagunt; sólo tengo palabras de gratitud», añadía emocionado tras recordar un rescate que movilizó al consorcio de Bomberos de la Plana Baixa, la Unidad de Rescate de Montaña, la Guardia Civil, la Policia Local de la Vall d'Uixó y el helicóptero de la Generalitat.