La tradición del correfoc, tan arraigada y señalada en el calendario en fechas y celebraciones muy concretas a lo largo y ancho del territorio que se asoma al Mediterráneo, sirvió ayer de inicio efectivo de las fiestas navideñas en la ciudad de Castelló, acostumbrada al olor a pólvora y el baile bajo las chispas, pero en Magdalena.

Con un recorrido distinto al utilizado para las fiestas fundacionales, esta vez las gorras, cazadoras vaqueras y demás elementos de protección se sacaron del armario para proteger del fuego y de las chispas de los elementos pirotécnicos. El tradicional recorrido que se inicia entre Gobernador y Avenida del Mar se cambió por uno más estrecho y corto con inicio y final en la Plaça Major, tras recorrer la calle Mayor, la calle San Luis la calle Enmedio y regresar al punto de partida.

Allí, se ubicó el gran escenario que en Magdalena dispone en la Avenida Rei en Jaume y esta vez Sant Roro hizo su advertencia desde el Ayuntamiento de Castelló. « Qui no vullga pols...».

La compañía vila-realense Xarxa Teatre fue la encargada del acto que de esta manera inicia las celebraciones de la Navidad en la ciudad de Castelló, en las que hay previstas más de 120 eventos entre actividades culturales, deportivas y sociales.

De hecho, la programación englobará la Fira Artesana de Nadal, con venta de productos artesanos y dinamización navideña que se ubicará en la plaza Santa Clara del 15 de diciembre al 7 de enero, y un Mercado de Navidad de Castellón, que se monta por primera vez y se ubicará en el antiguo recinto del Mercado del Lunes también del 15 de diciembre al 7 de enero.

Respecto al estreno de anoche de la Nit Màgica al frente de la Navidad, multitud de castellonenses bailaron y corrieron al ritmo de los cohetes, la dolçaina y el tabal, con un gran espectáculo final en la Plaça Major, con elementos pirotécnicos ubicados por encima del escenario e iluminando la recién restaurada fachada del Palacio Municipal.

La simbología del fuego como regenerador se transformó esta vez en punto de arranque de las celebraciones navideñas en la ciudad de Castelló, una serie de eventos que tradicionalmente se retrasaba hasta la representación del Betlem de la Pigà pero que con esta iniciativa avanzó una semana las celebraciones.