Hace escasos quince días, Rodrigo Hernández aseguraba que el mejor sitio para continuar su carrera como futbolista y seguir creciendo era el Villarreal CF. El centrocampista madrileño mostraba su satisfacción por renovar con el club de la Plana Baixa hasta 2022 y veía mejorado su contrato y ampliada su cláusula de rescisión. Pero los 25 millones de euros que cuesta a día de hoy el futbolista del submarino no serán impedimento para que en junio de 2018 Rodrigo cambie de aires y regrese al club del que salió siendo juvenil: el Atlético de Madrid.

Al parecer, tal y como desveló el diario Marca, el jugador habría llegado a un acuerdo con la entidad colchonera de cara a la próxima temporada, zanjando así cualquier tipo de posibilidad de que el internacional sub-21 acabara jugando en otro club que no fuera el rojiblanco.

Rodrigo es una de las joyas de la corona del Villarreal y uno de los futbolistas con un futuro más que prometedor. El centrocampista madrileño (Madrid, 1996) está cubriendo a las mil maravillas la larga ausencia por lesión de Bruno Soriano en el centro del campo del conjunto que entrena Javi Calleja y está llamado a ser el relevo de Busquets en la selección española.

El joven jugador lleva tres temporadas rechazando ofertas de otros clubes europeos y ha tenido la posibilidad de abandonar el Villarreal años atrás. Sin embargo, Rodri siempre ha considerado que le debía mucho al club que preside Fernando Roig porque fue este el que lo rescató del Atlético siendo juvenil de primer año porque consideraban que no tenía cualidades ni capacidad para llegar a jugar al primer equipo colchonero.

Y no le falló en absoluto la apuesta al club villarrealense ya que Rodri empezó a despuntar desde muy pronto, pasando del juvenil al filial y de ahí al primer equipo rápidamente. El centrocampista amarillo empezó a entrenar con Marcelino García Toral y vio cómo le hacían su primer contrato profesional con el Villarreal con una cláusula de 12 millones. La lesión de Bruno lo lanzó al disparadero futbolístico y su caché ha subido considerablemente este tiempo.

Así no es de extrañar que hayan sido numerosos los clubes que hayan preguntado por él -incluso el FC Barcelona-, pero el hecho de poder regresar a casa, de donde es su familia y donde tiene sus amigos, es lo único que ha movido a Rodri a haber decidido su marcha del Villarreal en junio, meses después de anunciarse una renovación que tardó en firmarse ya que el Atlético de Madrid ya había aparecido en escena y algo se había movido en Rodri.