La avenida Enrique Gimeno, entre la rotonda con la escultura Tempus Fugit hasta el cruce de Ordoñez, sufrirá una profunda transformación en 2018. Siempre con la premisa de respetar la alineación de ejemplares adultos de plátanos de sombra ( Platanus × hispanica), el vial urbano se modernizará con la dotación de aceras, carriles bici y calzadas exclusivas para el transporte público.

El plazo de ejecución de la remodelación, tras la correspondiente adjudicación, alcanzará los seis meses.

La Junta de Gobierno Local dio ayer luz verde al expediente de contratación del proyecto por un importe de 752.780,69 euros (622.132 euros más el IVA). Además, incorporó las modificaciones planteadas por Castelló en Moviment (CseM) en la moción presentada en el pleno de noviembre y en la que hacía énfasis en la reducción de los viales para vehículos, así como en la necesidad de ampliar los citados carriles bici.

Con el impulso a los trámites administrativos y la licitación se da así respuesta a la pretérita reivindicación de los vecinos de la zona, que llevaban años reclamando una mejora del tramo comprendido entre las avenidas l'Alcora y Ribesalbes.

La ejecución de la remodelación de la avenida Enrique Gimeno (antigua N-340) se dividirá en dos fases. La primera se centrará en la construcción y consolidación de aceras en ambos lados, respetando en todo momento el arbolado existente. Del mismo modo, entre la zona reservada para los peatones y el tráfico rodado se crearán los carriles bici, protegidos por la alineación de plátanos de sombra. La sección transversal tendrá una longitud de 18 metros.

En una segunda fase, en la que se integrarán las alegaciones de CseM, se habilitarán las calzadas exclusivas para el transporte público. En este caso, la sección transversal se disparará hasta los 30 metros, distribuidos de la siguiente manera: 5,5 para cada una de las aceras laterales,; 2 metros para los carriles bici (uno de ida y otro de vuelta); 1,5 metros para las zonas ajardinadas con el arbolado; 3,25 metros para los carriles bus (también uno de salida y otro de entrada) y 2,75 metros para cada vía de vehículos.

El proyecto también contempla prolongar la reestructuración hasta La Salera. Sin embargo, esa posibilidad dependerá del resultado final de las dos primeras fases. Es decir, de cómo afectarán, una vez finalizadas, tanto al tráfico rodado como al peatonal y a la respuesta vecinal.

Justificación para los cambios

La reorganización de la avenida Enrique Gimeno está incluida dentro de la red viaria primaria, de la cual forma parte la red viaria metropolitana, urbana y también districtal.

Por ello, en la moción que presentó CseM advertía que no estaba justificada una sección de carril de 3,5 metros, como se recogía en el boceto original presentado por el bipartito.

«Si la voluntad es conectar distritos, actividades urbanas y compatibilizar el tráfico rodado con otro medio nos encontramos con un modelo de vial tipo districtal, tal y como establece el propio PMUS y, por tanto, la anchura de los carriles ha de adaptarse a este tipo de uso», argumentaba la formación asamblearia para defender los cambios, que finalmente se aprobaron por parte del equipo de gobierno.