A punto de culminar el año de la puesta en marcha del proyecto «Moviéndonos por el ahorro doméstico», que lucha contra la pobreza energética, se ha alcanzado el objetivo trazado al superar en un 5% de ahorro entre las familias participantes en el proyecto.

Una iniciativa que cuenta con la colaboración de la Diputación de Castelló y que pretende mejorar la calidad de vida de familias que viven en municipios menores de 20.000 habitantes o de zonas del interior, con escasez de recursos y dispuestos a adoptar una serie de medidas sencillas, que Cruz Roja propone para el ahorro de energía en el hogar.

En esta primera experiencia han participado 73 familias de 10 poblaciones: La Vall d'Uixó, Onda, Morella, Sant Mateu, Xert, Vilafranca, Alcora, Lucena, Cabanes y la Vall d'Alba, cuyos miembros han recibido al menos 3 visitas por parte del voluntariado del proyecto quienes les han hecho entrega de kits de ahorro y les han ofrecido la información necesaria sobre la conveniencia de ahorrar energía, tanto luz como agua, y la forma para conseguirlo.

En el proyecto han participado 27 voluntarios que periódicamente recorrían las diferentes poblaciones para visitar a las familias participantes en el proyecto. A lo largo del año se han beneficiado de forma directa e indirecta 200 personas. Pepe Paya, es uno de los voluntarios que ha participado en la experiencia, calificada de muy positiva e interesante. «No te imaginas las dificultades por las que atraviesan algunas familias. La sola presencia de un voluntario les sorprende: alguien se preocupa por mí», relató el voluntario.

Paya, que colabora con Cruz Roja desde hace años, se ha volcado en la iniciativa. «Nuestra presencia es un estímulo para estas personas, en especial los más mayores que viven solos. Nosotros les informamos de cómo mejorar las condiciones térmicas de su vivienda para conseguir mayor bienestar, pero lo que más agradecen es nuestra presencia, la conversación», explicó.

El ahorro de energía es algo que en ocasiones no se plantea. El cambio de bombillas por leds, poner burlete debajo de las puertas para evitar el paso del frío, o mantener las ventanas cerradas, y ventilar el tiempo imprescindible, son pequeños detalles que contribuyen a abaratar los costes de energía. La puesta en marcha de medidas de micro eficiencia en los hogares es gracias al empeño del voluntariado, que insiste en tomar conciencia del consumo de energía y saber utilizarla, en vistas al ahorro.

Paya también insiste en el papel determinante que juega el voluntariado de las asambleas locales, «ellos conocen mejor que nadie a la población y sus necesidades. Nos orientan para visitar a las personas, facilitarles la información y proporcionarles los kits de ahorro». Un trabajo en equipo que está dando sus frutos. Muestra de ello es el resultado obtenido: el 5% de ahorro en el 90 % de los hogares participantes.