Este mes de octubre se cumplieron cuatro años del asesinato de una madre y su hijo de 10 años en Vila-real. Ocurrió en el año 2013 y el agresor posteriormente se suicidó. Los crímenes por violencia machista se han ido sucediendo y han golpeado a Castelló, así como al resto del territorio español; aunque no se puede acotar la violencia machista a un territorio porque sucede de manera estructural en cualquier parte del mundo. Desde que se empezaron a contabilizar los casos en el año 2003 la cifra llega a las 944 mujeres. La última víctima ha sido Andrea Carballo, pero antes fueron Kristina en Vinaròs este mismo año o Katherina en Benicàssim en 2016, y así hasta 14 víctimas en Castelló desde 2003.

Pero el caso de Andrea supone un punto de inflexión por la penetración social de la herida que ha supuesto su asesinato y por la insoportable acumulación de casos. Lo apuntó este martes el alcalde de Vila-real, José Benlloch, tras los tres minutos de silencio convocados en la ciudad y en innumerables ayuntamientos y centros de trabajo de la Comunidad Valenciana. «Si ya es duro el golpe de perder a un ser querido, todavía lo es más cuando se produce en estas circunstancias, en estas fechas y con la confusión generada social y mediáticamente», incidió.

En el pleno extraordinario celebrado en el que se aprobó la declaración de tres días de luto oficial y la suspensión de los actos públicos todos los partidos secundaron una declaración institucional que exige al Gobierno y al Consell que cumplan con los compromisos económicos adquiridos en los pactos contra la violencia de género.

En este sentido, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, recordó que la Conselleria de Igualdad cuenta con un presupuesto de 12,8 millones y asume el compromiso alcanzado con las entidades feministas de dotar de fondos la lucha contra la violencia de género. El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, indicó que «estamos hablando de una lacra» e insistió en que se trata «de un terrorismo machista que es una cuestión de Estado».

Los minutos de silencio se sucedieron por toda la geografía valenciana. En el caso de Castelló, celebraron actos los ayuntamientos de Almassora, Castelló, Nules, Borriana, la Vall d'Uixó, Vinaròs, Vila-real, Benicàssim y Onda, entre otros, así como la Diputación de Castelló en todos sus centros de trabajo. Un homenaje al que se sumaron los hospitales y centros de trabajo públicos no solo de la provincia de Castelló.