La filosofía está clara:presupuestos del cambio, centrados en las personas y en la conquista de mayores cotas del bienestar. Estas son las premisas del gobierno municipal que forman PSPV y Compromís y que seguro asumen sus socios del Pacte del Grau, Castelló en Moviment. El problema, como ayer reflejaron Xavi del Señor y Anna Peñalver, concejales de la formación asamblearia, son las formas y la sensación de ninguneo. «Tuvimos unas primeras reuniones y quedamos para seguir hablando, pero nos encontramos el martes con la rueda de prensa con el presupuesto ya cerrado de 176 millones de euros», se lamentaba Del Señor, que ya avisaba que «en el Pacte del Grau somos tres patas, Castelló en Moviment es quien dio apoyo al gobierno y no son las formas más adecuadas de trabajar».

Es más, avanzó que, de los primeros datos que han podido tener del borrador, «será difícil aprobarlos tal y como están», por lo que auguró una intensa negociación en el periodo de enmiendas, en el que exigirán la incorporación del máximo número posible de proyectos incluidos en su programa Vila Verda, presentado ayer y que valoran nada menos que en 5 millones de euros. Y los precedentes, a su juicio, no son buenos. «Ganas por lograr que se incluyan nuestras propuestas las tenemos, igual que las tuvimos el año pasado, ejercicio en el que, quizás, fuimos muy poco ambiciosos a la hora de negociar». Se refería en este sentido a que «muchas de las partidas que nos aprobaron no se han desarrollado», lamentando que «el trabajo conjunto» en el seno del Pacte del Grau «sea cada vez más distante».

El problema ahora, según el portavoz de Castelló en Moviment, es que «no es lo mismo trabajar en modificaciones de un presupuesto que ahora, una vez cerrado, a ver de dónde sacas el dinero para defender tus propuestas». Eso sí, advirtió que «hay muchas fuentes de financiación que se consideran cerradas o intocables, pero que para nosotros son cuestionables, como sería revisar los contratos públicos. Seguro que saca dinero». Amplias son, en cualquier caso las coincidencias con el borrador del presupuesto, del que consideran satisfactoria la apuesta por el empleo o el aumento de los Jornals de Vila, pero siguen considerando cojo el apartado de vivienda social.

Memoria de alcaldía

El presupuesto municipal de 2018, que aún debe definir el pleno para su debate y aprobación, viene marcado por siete premisas «ineludibles» para el gobierno municipal: la aprobación del Plan General, la modernización de la gestión pública, las actuaciones del proyecto europeo Edusi, el Plan Estratégico de Empleo, una nueva gobernanza de las políticas sociales, la perspectiva de género y la garantía de equilibro y estabilidad presupuestaria.

Lo cierto es que el saneamiento de las cuentas económicas durante los últimos dos años, con contención del gasto y racionalización de la gestión, ha dejado la deuda a largo plazo en 50 millones de euros, cifra que en 2015 superaba los 115 millones. Además, a fecha de 31 de diciembre el estado de la Tesorería era de 29 millones, cuando en mayo de 2015 apenas había 1,8 millones, según recoge la memoria de la alcaldía. Además, el pago de facturas a proveedores está en 37 días frente a los más de 60 días que había hace dos años.