A contracorriente. 2017 ha sido un mal año de producción de energías limpias y ha alejado al país del objetivo de reducción de las emisiones de dióxido de carbono. La producción de energías renovables fue el año pasado del 33,7 % frente al 40,8 % de 2017. El desplome de siete puntos se debe a la sequía que sufre España.

La estadística de Red Eléctrica de España apunta que la eólica aportó el año pasado al mix de producción el 19,2 %, una cifra idéntica a 2016. Por contra, la aportación de la hidráulica pasó del 14,3 % en 2016 al 7,3 % en 2017.

La utilización del carbón para producir electricidad (que es la fuente más contaminante) pasó del 14,3 % en 2016 al 17,4 % en 2017. Esta situación se produce en un contexto en el que Iberdrola ha anunciado su intención de cerrar todas sus centrales de carbón por su efecto contaminante e ineficiencia. Iberdrola ha solicitado a Industria la autorización para el cierre de sus plantas en Palencia y Asturias, y el Gobierno quiere que las venda.