El Villarreal B acarició el triunfo en el campo del Atlético Saguntino en un partido que, como bien dijo su entrenador el viernes, se afrontó con el estilo propio del filial amarillo para no fracasar. El equipo de la Plana Baixa estuvo serio y mandón en la primera parte, donde disfrutó de varias ocasiones de gol que no supo aprovechar. Tras el descanso el gol de Darío Poveda abrió la puerta de la esperanza para arrancar los tres puntos, pero reaccionaron bien los romanos e igualaron rápidamente. Luego, en el intercambio de golpes finales cualquiera de los dos pudo haber ganar. Se sumó un punto y se le restó uno al líder Mallorca, que está a cuatro.

Al final Miguel Álvarez pudo contar con el central Pau Francisco Torres y los mediocentros Víctor Moya Chuca y Ramiro Guerra para el examen de ayer en el Camp Nou de Morvedre, donde había mucho en juego. Más si cabe tras conocer que por la mañana el líder Mallorca había patinado en el campo de la Peña Deportiva, y el filial amarillo tenía la posibilidad de ponerse a dos puntos del conjunto mallorquín.

El partido estuvo muy bien jugado y a la vez interpretado por el Villarreal B, que salió mandando y jugando. Haciendo amplio el particular feudo romano. Corrió mucho el Atlético Saguntino detrás del balón en la primera parte. La escuadra 'grogueta', bien conducida por Imanol García y Ramiro Guerra, junto a los dos puñales por banda como Chuca y Álex Quintillà, llegaban y centraban. Darío, Mario y Dalmau les esperaban en el área.

El gol se resistió en una muy buena primera parte. El acoso amarillo duró hasta el pitido final del colegiado. El alicantino Chuca tuvo la mejor ocasión en el minuto 44, pero la defensa logró rechazar. Y a la salida del saque de esquina el cabezazo del central Pau Francisco Torres golpeó en la mano de un defensa. Acción protestada por la representación del Villarreal B.

La segunda parte arrancó con un esperanzador 0-1. Gran jugada de Mario González que asistió al alicantino Darío y éste, de vaselina, superó por arriba al portero Adrián Lluna. Se había hecho lo más difícil: perforar la portería del Atlético Saguntino. Ese gol enfureció a los romanos que, un cuarto de hora después, empataron el marcador por mediación de Niko Kata, que empalmó desde la frontal tras una jugada bien elaborada por el lateral izquierdo Rafa Gimen.

Ida y vuelta

Así es que con el 1-1 el partido volvía a empezar. Se empezó de nuevo, pero con un equipo saguntino desmelenado. El 2-1 no subió al gol de milagro en el minuto 73 tras un trallazo del examarillo Carlos Esteve, que sacó con la mano Ander Cantero desde la misma escuadra. Llegaron los cambios y se nivelaron las fuerzas. Darío Poveda tuvo el 1-2 en el minuto 82 con un tiro que salió ligeramente cruzado. Se repitió la misma acción en el minuto 87, pero en esta ocasión fue el canario Cristian Cedrés el que cruzó demasiado sobre la portería de Adrián Lluna.

Ahora tocará preparar el partido del domingo en casa contra el rocoso Ontinyent.