Un grupo de científicos e ingenieros de Catalunya planteó en 2014 la posibilidad de lanzar al espacio nanosatélites a través un avión militar ruso Mig-29 supersónico y barajó, entre otras bases aeroportuarias, la de Castelló. De este proyecto Castelló no ha vuelto a tener noticias. El aeropuerto de Teruel se ha adelantado a las instalaciones de Vilanova y ya dispone de una firma auxiliar que realiza pruebas con cohetes geoespaciales.

El aeropuerto de Teruel nació en 2012 sin trasiego de aviones. Pero su objetivo no era el tráfico comercial; desde el principio quería aprovechar las condiciones de su emplazamiento para convertirse en un espacio aeronáutico industrial. El consorcio que lo gestiona, formado por la Diputación de Teruel y el ayuntamiento, fueron conscientes en sus inicios de que el aterrizaje de aerolíneas era un imposible y optaron por dar a la instalación un perfil industrial.

De esta forma, Teruel se ha convertido en el mayor aparcamiento de Europa de aviones. En sus hangares y pistas opera Tarmac, una filial de Airbus, con una matriz en la ciudad francesa de Toulouse. Sus actividades consisten, explica en Fitur el director general de Movilidad de Aragón, José Gascón, en el estacionamiento de aeronaves, reparación y desmontaje.

A través de esta iniciativa han surgido en el entorno otras empresas como la citada actividad de nanosatélites o un taller de escuela de pilotos.

Castelló descarta al industria

El director general de Aerocas, Joan Bernat Serafí, y el portavoz de la asociación empresarial del Club Introducing Club, han descartado en Fitur un uso industrial en el aeropuerto de Castelló y han sostenido que la base castellonense sólo puede vincularse al turismo porque los aviones no sirve, afirman, para transportar baldosas o cítricos. Han puesto todos sus esfuerzos en conseguir más líneas aerolíneas a través de un incremento de turistas en Castelló. En breve se presentará un plan estratégico del aeropuerto.