Discurso íntegro del Presidente de la Generalitat

Presidente del Gobierno de España,

Alcaldesa,

Ministro de Fomento,

Delegado del Gobierno,

Consellera d´Obres Públiques,

Presidente Diputació,

Representantes empresariales y sociales,

Sras. y Sres.

Bienvenido, Presidente, a la Comunitat Valenciana, a Castellón. Hoy se da un nuevo paso para Castellón y el conjunto de la Comunitat Valenciana.

Es un paso más, ni el más importante, ni el definitivo. Pero cualquier avance supone siempre satisfacción y exigencia.

Es un paso que continúa la iniciativa del Alvia en 2010 cuando se conecto por primera vez las dos ciudades en menos de tres horas, un ahorro de tiempo de más de hora y media.

Por ello, quiero reconocer el trabajo de todas las personas y administraciones que han hecho posible esta conexión.

Las infraestructuras no saben de legislaturas ni deben orientarse de forma partidista.

En estos 40 años de democracia España y la Comunitat Valenciana han dado un salto extraordinario en Capital Físico, pero ha llegado el momento de mejorar la eficiencia y planificar desde el acuerdo, huyendo del cortoplacismo, la improvisación o la arbitrariedad.

Por eso Presidente, creo que sería inteligente para el país y honrado con los ciudadanos impulsar un gran acuerdo sobre infraestructuras estratégicas deseable en toda España, pero que como mínimo ofrecemos y reclamamos para la Comunitat Valenciana.

Porque la Comunitat Valenciana está haciendo los deberes, está creciendo por encima de la media de España, liderando el crecimiento industrial, superando sus cifras record de turistas y exportaciones.

En solo dos años y medio se han creado en la Comunitat 190.000 puestos de trabajo.

Los empresarios y trabajadores con mucho esfuerzo están propiciando un momento Comunitat Valenciana, que se ve acompañado de un escenario de estabilidad, diálogo y honradez que ha vuelto a atraer la inversión a nuestra tierra.

Pero lamentablemente, el motor público está gripado.

El centro de estudios del BBVA ha cifrado el coste de la no inversión en la Comunitat Valenciana en medio punto de nuestro Producto Interior Bruto.

De hecho, los datos de SEOPAN hablan de que en el año 2017 se licitaron en la Comunitat Valenciana:

321 millones por parte de la Generalitat, 182 de las Administraciones Locales y 165 del Gobierno Central.

Cada Gobierno debe preguntarse por qué tenemos estos niveles, claramente, insuficientes de inversión en la Comunitat Valenciana.

En el caso de la Generalitat, el motivo es claro, todos lo conocen y así lo han certificado los expertos;

Padecemos una infrafinanciación que nos obliga a gastar menos en servicios públicos fundamentales y reduce al mínimo nuestra capacidad para realizar cualquier otro tipo de políticas y por supuesto, invertir.

Señores y señoras,

Decía Ortega y Gasset:

"No pido la organización de España por razones de pretérito, sino por razones de futuro".

Y pediría que el acto de hoy sea una invitación para actualizar el camino para avanzar juntos y reflexionar sobre la proyección de un futuro compartido que ha de superar las visiones hegemónicas que van únicamente desde el centro hacia la periferia.

En infraestructuras, en economía y en políticas.

Es hora ya de superar la visión radial de España

Es hora de sustituir un centralismo que no responde a la realidad de España, por una proyección que se base en el reconocimiento de la fortaleza de España distribuida por todo su territorio.

Porque nuestra economía, emprendedurismo, inteligencia y cultura habitan tanto en el centro como en las periferias.

También en Castellón. También en la Comunitat Valenciana.

Hace justo ahora 100 años Ignasi Villalonga ya decía con contundencia

«Tenemos que buscar en Valencia la rápida comunicación con Andalucía, sin llegar - por ejemplo- hasta Alcázar. Entonces el mercado andaluz y el valenciano se enlazarán estratégicamente y correrá un ferrocarril cerca del litoral Mediterráneo, y Valencia tendrá comercio de tránsito de Cataluña y Francia con la parte oriental de Andalucía y Murcia».

Ahora, contemporáneamente, el Corredor Mediterráneo ha despertado un consenso histórico entre la sociedad civil, entre el conjunto de empresarios, trabajadores y fuerzas políticas.

Un impulso que quiero agradecer muy especialmente a los empresarios valencianos.

Europa ya es consciente de la necesidad de avanzar rápidamente en la construcción del Corredor y cada día lo son, también, más ciudadanos de toda España.

Por ello, este acto, 100 años después de las palabras de Villalonga, debería despertar la esperanza de que no se amplíe la lista de retrasos, cambios de proyecto y reprogramaciones que, durante lustros, han restado impulso a la construcción del Corredor Mediterráneo.

Debería hacerlo porque este es un objetivo leal con los intereses de la Comunitat Valenciana, pero también leal con los del conjunto de España.

Porque las cuatro Comunidades Autónomas del Corredor Mediterráneo aportamos:

Casi el 50% de la población.

El 45% del PIB.

El 47% del tejido productivo.

El 46% del empleo.

El 51% de las exportaciones.

Y nuestros puertos canalizan el 82% de todo el movimiento de contenedores de España.

El Corredor Mediterráneo es la infraestructura más importante para el futuro de España.

Sin embargo, estamos aún demasiado lejos de ese horizonte y también, de lo que necesita el Castellón vivo y dinámico, emprendedor e inteligente, que todos conocemos.

Ese mismo Castellón que, con sus exportaciones, aporta el mayor superávit comercial relativo de la Comunitat Valenciana y que avanza, año tras año, en la creación de nuevos viveros de turismo.

El Castellón que necesita que acaben cuanto antes las medidas provisionales para volver a tener un servicio de cercanías digno.

Porque el tren ha de unir ciudades lejanas, pero también coser en el día a día los territorios cercanos y hacer mejor la vida, por ejemplo, de las más de 10.000 personas que cada día utilizan la conexión entre Valencia y Castellón.

Las infraestructuras están al servicio de las personas y de la actividad económica.

Por eso, sí a la España de AVEs y sí a la España de cercanías.

Esta Comunitat, esta provincia y esta ciudad ha expresado su ambición legítima y en los últimos tiempos, esas necesidades han sido reconocidas por el Ministerio de Fomento.

Quiero agradecer al ministro Íñigo de La Serna, sus visitas a nuestra Comunitat y su interés en los proyectos que integran la Agenda Valenciana de Infraestructuras.

Me permitirá, por ello, Presidente, que deseemos pasar de las palabras a los hechos.

Es urgente y necesario que se cumpla el acuerdo de la Conferencia de Presidentes que comportaba la aprobación del nuevo modelo de financiación.

Porque el compromiso existente para que se produjera en 2017 no se ha alcanzado y, cada día que trascurre, supone un desgaste de la credibilidad y cooperación entre administraciones públicas.

Cada día que transcurre sin cumplir con lo acordado es una herida que amplía la desigualdad entre españoles en servicios tan fundamentales como la salud, la educación, los servicios sociales y la lucha contra el paro.

Por ello, les planteo que superemos la concepción radial de las infraestructuras, pero también de la política.

Que recuperemos la senda de la lealtad institucional que se sostiene solo con el cumplimiento de los acuerdos.

Porque solo existe una vía de futuro; singularidad entre territorios e igualdad entre españoles.

No se debe castigar la lealtad. Y la lealtad es como el AVE, de ida y vuelta.

Gracias, Sr. Presidente, por su presencia en Castellón hoy, estamos más cerca, pero aún a muchos kilómetros de la estación de destino de igualdad de oportunidades que queremos los valencianos y valencianas.

Muchas gracias.